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Los hermanos Aurora y Ángel Pérez, miembros de Random Thinking, visitan Sevilla cuatro veces este verano. / El Correo
Right here and now (esto es, Aquí y ahora) es el segundo disco del dúo gaditano Random Thinking, que conforman los hermanos Aurora y Ángel Pérez, quienes se lanzan con su exquisita propuesta a base de folk, soul y smooth jazz a la conquista de Sevilla. Y lo hacen sin ambages: hasta cuatro conciertos en acústico –el primero, este sábado a partir de las 22.30 horas; luego, el 28 de julio y el 7 y el 25 de agosto– dentro de las XIX Noches en los Jardines del Real Alcázar, en cuya programación se han colado: «Mandé un email a los organizadores y nos llamaron diciendo que sí, pero que en formato acústico, que es el que más se adecua al estilo del ciclo», cuenta Aurora (voz, guitarra acústica).
Le acompañará su hermano Ángel (guitarra acústica, eléctrica y slide): «Estamos encantadísimos, es un escenario tan precioso e increíble, Patrimonio de la Humanidad. Y siendo andaluces nos hace una enorme ilusión», admite la cantante. No contentos con ello, los hermanos Pérez recorrerán toda la provincia este verano-otoño: ya estuvieron el 23 de junio en El Palmar de Troya y tienen programados bolos en La Roda de Andalucía (27 de julio), Gilena (30 de septiembre), La Puebla de Cazalla (19 de octubre), Santiponce (26 de octubre) y Valencina de la Concepción (30 de noviembre), merced a su inclusión en el programa de fomento y cooperación cultural con los municipios de la Diputación.
Aunque tienen otros formatos (quinteto y octeto) que alternan «en función del foro», sus actuaciones en el Alcázar se ciñen al dúo en acústico, que «es el corazón, la esencia del proyecto, ya que es como surgen las canciones, todo muy natural. Te da cercanía, pureza de sonido, aunque es un formato muy exigente porque cualquier fallo se nota mucho», reconoce.
Los orígenes del dúo se remontan a su adolescencia en su pueblo natal: «Empezamos estudiando guitarra clásica en San Fernando. Cuando teníamos 14 ó 15 años empezamos a componer nuestros propios temas por pasión y diversión».
Trabajar con un hermano resulta «complicado, a veces separar lo personal de lo profesional no es fácil, más porque es un proyecto autogestionado y autoproducido; y además de la parte artística, nos ocupamos de las gestiones de management, comunicación, redes sociales...».
DE UN DISCO A OTRO
La diferencia entre el primer álbum, homónimo (2014), y el nuevo (2017) es que «para el primer disco estábamos tocando en salas de Madrid –viven entre la capital y Cádiz– en acústico y fue una aventura. Tuvimos que grabar el disco en riguroso directo en dos días, por lo que tuvimos que controlar muy bien los tiempos en el estudio», mientras «en el segundo hemos podido recrearnos más, ha habido una preproducción y el resultado es que tiene una temática más uniforme en cuanto a las letras, que van sobre superar las dificultades y los miedos, luchar por lo que uno cree...», revela Aurora.
Aunque han sido tentados por algunos sellos discográficos, «desde nuestro punto de vista, la industria se mueve a día de hoy en una dirección en la que los criterios del autor no prevalecen sino más bien los económicos, la inmediatez y una serie de cánones que hay que cumplir. Una vez que entremos por ahí, no nos motivaría», admite antes de aclarar que «no llevamos ni cuatro años de rodaje y hemos actuado en muchos escenarios, tenemos el apoyo de la crítica y el público, lo cual es una doble alegría para nosotros, ya que no teníamos ningún contacto previo con la industria. Yo era licenciada en Química y mi hermano, en Ingeniería Industrial. Quien nos ha apoyado es porque le ha llegado nuestra música. Quizás dentro de algún tiempo necesitemos alguien si esto empieza a desbordarnos», vaticina.
Nada hay que variar, pues, cuando incluso se han ganado el respaldo de medios diversos: «Nuestra propuesta no es muy común. Hemos tenido el apoyo de la prensa cultural más clásica y también de los medios que se centran en el pop-rock independiente. Y lo mismo nos ha pasado con los festivales: hemos actuado en algunos de blues o folk y también en No Sin Música, donde compartimos escenario con Amaral, Lori Meyers o Bunbury», dice entusiasmada.
MÚSICA DE RAÍCES AMERICANAS Y UNA VOZ QUE ENGANCHA
El segundo disco de Aurora y Ángel bascula en la música de raíces americanas, desde la inicial It’s long long road, bebiendo del folk, del soul y del smooth jazz. Incorporando nueva instrumentación (saxos, violín, incluso un acordeón...) que aportan «una mayor paleta de sonidos», el resultado refulge en los temas en los que se luce la voz de Aurora, caso de Southern Blood o Quite sickening, además de en las vitalistas Living it up y Doing Fine, que contrastan con Live to tell, un homenaje a su padre fallecido hace diez años, o la instrumental Distant Hearts. Es en suma un álbum «más autobiográfico, menos etéreo. Y más rockero, con bases más contundentes».
EL LUJO DE CONTAR CON CACO REFOJO Y CON IAN ROSS
La autogestión no es óbice para poder contar con profesionales de nivel, como es el caso de Caco Refojo, ingeniero de sonido: «Él trabaja en PKO Studios, en Boadilla del Monte, que es uno de los mejores estudios de España. Es una pasada, nos permite grabar en analógico y directo de forma simultánea y el personal es increíble. Y qué decir de Refojo, que ha estado 14 veces nominado a los Grammy y tiene tres premios. Es una maravilla».
Similares elogios vierten hacia Ian Ross, responsable del diseño del disco: «Le admiramos por sus trabajos para Van Morrison, Mike Oldfield –en el mítico Tubular Bells– o Paul Carrack. Repasamos los discos que teníamos y nos fijamos en el Unplugged de Eric Clapton. Le escribí por redes sociales y dijo que sí nada más escuchar el disco, estamos encantados».