Recuerdos que ni pintados

25 años después, licenciados de Bellas Artes se reencuentran en una exposición

15 dic 2017 / 12:27 h - Actualizado: 15 dic 2017 / 12:27 h.
"Cultura","Exposiciones"
  • Grupo de alumnos de la promoción de 1992, flanqueados por los profesores Antonio García Romero y Juan Manuel Miñarro. / Cortesía de Juan Lojendio
    Grupo de alumnos de la promoción de 1992, flanqueados por los profesores Antonio García Romero y Juan Manuel Miñarro. / Cortesía de Juan Lojendio
  • Fragmento del cartel anunciador de la muestra, obra de Luis Pablo Carmona.
    Fragmento del cartel anunciador de la muestra, obra de Luis Pablo Carmona.

Mientras los más conspicuos ocultistas siguen empeñados infructuosamente en averiguar si hay vida después de la muerte, unos setenta sevillanos resuelven esta semana otra de las grandes dudas de la humanidad: que hay vida después de licenciarse en Bellas Artes. Con la sala museo del Antiquarium como solemne escenario, estos creadores –pintores, escultores, fotógrafos, dibujantes...– se reencuentran 25 años después de terminar su carrera para mostrar a todos y a sí mismos qué ha sido de ellos, por dónde han tirado y cuánto queda de aquel intrépido empeño de ser artista, que se plasmó en forma de título universitario en plena época de vacas gordas de los sueños: 1992, el año de la Expo, cuando aquí en Sevilla no se concedía verosimilitud a lo imposible.

Como explica desde el grupo organizador Juan Lojendio Osborne, se trata de una exposición de arte «muy especial» para todos ellos que se inaugurará a las 19 horas de este sábado y se clausurará el 14 de enero de 2018, en horario de martes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 20 horas, y los domingos de 10 a 14 horas, bajo el lema Reencuentro. «Hace 25 años, coincidiendo con la Exposición Universal de Sevilla de 1992, más de un centenar de compañeros nos licenciamos en la Facultad de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla», comenta Lojendio; «20 años más tarde, en 2012, la Casa de la Provincia nos abrió sus puertas para exponer nuestras obras. Fue emocionante volver a vernos en aquel Encuentro», que ahora vive su segunda parte gracias al Área de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla y a la gestión de Javier Rodríguez Fito, «promotor y organizador de actividades culturales, artista humanista y gran persona. Él es director responsable del departamento de Artes Escénicas del Área de Cultura del ICAS y gestor de la sala donde expondremos». Allí se abrirá «una cesta solidaria para todas las personas que quieran aportar su kilo de alimentos en beneficio del comedor social de San Juan de Dios».

En unas palabras dirigidas al grupo por su compañero y profesor universitario Francisco Pérez Valencia, se resume el espíritu de una iniciativa que también tiene su puntito de orgullosa rebeldía: «Desafiamos a nuestro porvenir por el placer de vivir con nuestro talento, de sentir el alma de las cosas, la fragancia de los detalles más insignificantes, aunque el resto de los hombres lo repudiase. Elegimos vivir. Vivir en el arte. Salir a la calle cada día con la necesidad de mirar, de estar atentos, de esperar, sin más premios que recibir el estremecimiento del mundo, la emoción del cielo, la espesura de los ruidos de los días y las noches». 25 años después de aquello, añade el citado, «seguimos jóvenes, seguimos hambrientos y seguimos locos». Las vacaciones navideñas permitirán al común de los sevillanos, paseantes en masa justo por esa zona de las Setas, comprobar cuánto ha dado de sí esa locura entusiasta y formar parte del Reencuentro.