Resulta difícil empatizar con una realidad tan dura y desagradable como la que propone el realizador debutante Richard Billingham. Habrá quien quiera ver en su retrato de una familia desestructurada, otra más, la problemática de una clase obrera británica que se ha dado por vencida sin un hilo de esperanza al que asirse. Pero no nos encontramos ante un trabajo en la línea de Ken Loach, un cuento sobre la clase oprimida y su lucha por salir adelante aún saltándose las reglas de un mundo jerarquizado y reglado a imagen y en beneficio de la clase poderosa. Aquí no hay lucha ni opresión, sino las consecuencias de un régimen subvencionado en el que la vagueza es recompensada con una renta o ayuda gubernamental, escasa pero suficiente para conformarse con una vida sin ambición ni ilusiones. En ese marco asistimos a las gamberradas de muy mal gusto y en cierto modo bizarras de un joven inquilino de la pareja protagonista hacia un hombre con sus facultades mentales mermadas, o de un niño hacia su padre ausente, dentro de un entorno en el que los animales encerrados, ya sean en la mugrienta casa en la que reside la familia o en un cochambroso zoológico de barrio, parecen simbolizar la falta de esperanza de estos nauseabundos personajes que se nos presentan con descaro y naturalidad. Una madre por supuesto fea y gorda, que así es más fácil regodearse en la cochambre, se lleva el gato al agua en cuanto a conducta censurable hacia su familia y el entorno, que ya se sabe que si alguien tiene que salir peor parado, mejor que sea ella. La experiencia es por lo tanto desagradable y para nada constructiva, más bien no ofrece salida alguna a quienes tiran la toalla en un sistema que seguramente pide a gritos su reforma integral.
RAY & LIZ *
Reino Unido 2018107 min.
Dirección Richard Billingham Intérpretes Ella Smith, Justin Salinger, Tony Way, Sam Gittins, Richard Ashton, Patrick Romer Sección oficial