Los flamencos llevan bastante tiempo, demasiado, añorando ver a Remedios Amaya en los escenarios. Le mantiene apartado de ello una «grave enfermedad», eufemismo aun más dramático que invocar el término exacto, cáncer. La cantaora no se esconde, y ayer mismo dijo enfrentarse «con mucha fuerza, raza y con la ayuda de Dios» a un proceso que aseguró afrontar con «valentía». A su mejoría mucho ayudará sin duda el gran homenaje que el mundo flamenco (y no solo) le está preparando y que tendrá lugar el 19 de octubre en el Auditorio Rocío Jurado (entradas a la venta, de 25 a 45 euros).
La alcaldesa de Triana, Carmen Castreño, ha presentado en el Hotel Zenit un espectáculo que permitirá rendir gloria a «un referente del flamenco». Rompiendo el silencio es el título que se le ha dado al homenaje. «Será una noche preciosa porque vengo de estar mal, muy mal, y ahora me encuentro mejor, con mi tratamiento, y sobrellevándolo todo lo mejor que puedo. Estoy loca por trabajar, loca por cantar. Y que todos mis compañeros, todos, me estén apoyando tanto es impagable», comentó ayer.
La nómina de invitados al evento es realmente impresionante. Arroparán en el escenario a Amaya los cantaores y cantantes Miguel Poveda, Vanesa Martín, Estrella Morente, Niña Pastori, José Mercé, Rosario Flores y Antonio Carmona; al baile actuarán Manuela Carrasco, Pastora Galván y Antonio Canales; en la guitarra, Tomatito y Riqueni y, finalmente, en el fin de fiesta se sumarán Pansequito, Chiquetete, Aurora Vargas y El Pele, entre otros artistas por confirmar.
«No creemos que exista en el mundo una voz más flamenca y auténtica que la de Remedios Amaya», expresó César Cadaval, del dúo de Los Morancos, quien junto con su hermano Jorge –ambos presentes en el acto– se encargarán en el homenaje de presentar y conducir la gala. «Todos han querido venir y descolgaron el teléfono a la primera porque quieren mucho a Remedios. Hay que venir, desde luego, pero también hay que hacerlo por solidaridad, porque todos en nuestras familias tenemos a alguien afectado por esta enfermedad», apuntó César. «Si la gente se acuerda de Camarón cuando piensa en una voz jonda masculina, lo hacen en Remedios Amaya cuando buscan un referente femenino», defendieron.
De 2016 data su último proyecto musical, cuyo título se recupera ahora, Rompiendo el silencio, en el que estuvo acompañada por Limón Lewis al piano, Jorge Pardo en la flauta y Diego del Morao a la guitarra, e incorporó por primera vez al flamenco el arpa. Un trabajo que se vio repentinamente paralizado por los graves problemas de salud de su protagonista». «Para mí el cante es mi alegría, mi pena y mi consolación», dice Amaya, quien se siente especialmente orgullosa de haber rescatado en su último trabajo el tema Quien maneja mi barca, con el que participó en Eurovisión en 1983.
«Remedios es corazón, es sensibilidad, es Camarón y Lola Flores, es pura, no sabe lo que es el IVA, ni el IRPF», afirma a su lado Maica Verdugo, su mánager. «Se ha encontrado con dificultades donde no se sentía a gusto, hasta que en su último disco, se ha atrevido a hacer cosas que nadie antes había hecho en el mundo jondo». Remedios Amaya ha tenido respeto ante el lance, claro, pero «nunca miedo». Cuando se le recuerda que muchos la rebautizaron como la Camarona, sonríe: «Es un halago, claro. El público es el que manda, pero si me dicen que soy Camarón en mujer, respondo que qué más quisiera yo. Fuimos compadres, le echamos el agua a un niñito, lo traté y lo admiré. Con todo mi respeto, soy y seré camaronera hasta que me muera».