«San Luis ha sido todo un acierto. Muchas veces, menos es más»

Con una voz y un oído incomparables y poco más de treinta años, Rocío Márquez es ya toda una figura reconocida. Como Fahmi Alqhai, excepcional violagambista que desde hace varios años dirige el Festival de Música Antigua de Sevilla (Femas)

23 sep 2016 / 21:56 h - Actualizado: 24 sep 2016 / 13:16 h.
"Bienal de Flamenco"
  • El primero de sus conciertos en esta Bienal de Flamenco. / Efe
    El primero de sus conciertos en esta Bienal de Flamenco. / Efe

Fahmi Alqhai y Rocío Márquez hacen gala de una férrea inquietud creativa que les ha llevado a dialogar con otras disciplinas musicales. Auspiciados por la Bienal de Flamenco de Sevilla, los dos artistas estrenaron el pasado 10 de septiembre, junto a Agustín Diassera a la percusión, un nuevo trabajo que supone un hermoso y atrevido diálogo entre el flamenco y la música antigua. Hoy vuelven a San Luis.

¿Cómo surgió la iniciativa de llevar a cabo esta dulce locura, tal y como tú la calificaste?

Famhi: Fue un encargo directo de Cristóbal Ortega, el director de la Bienal de Flamenco. Él quería inaugurar el nuevo espacio, la Iglesia de San Luis, con una obra de corte intimista y formato reducido. Y enseguida pensé en Rocío, a quien admiro y veo a menudo porque vive a pocos metros de mi estudio.

Rocío: Si, nos encontramos muchas veces y siempre nos decimos que tenemos que hacer algo juntos. Así que en cuanto que me lo propuso me encantó la idea. Desde el principio me hizo mucha ilusión y le estoy profundamente agradecida a Cristóbal y a la Bienal por darnos esta oportunidad.

¿Cómo fue el proceso, habéis partido de una idea inicial?

F: No, en principio era una carta blanca. Solo teníamos claro la idea del diálogo entre las dos músicas. Aunque poco a poco fuimos decidiendo y al final surgió una historia, una superestructura, que ordena la obra. De hecho se sustenta en el concepto de las idas y las vueltas.

R: Y la petenera. Los cantes de ida y vuelta y la petenera son los dos grandes pilares del concierto. El otro día me encontré con un cuadernito, porque yo cuando preparo un concierto siempre tengo un cuadernito donde apunto todas las letras desde el principio. Y es curioso porque ahí tengo anotado mucho material que luego tuvimos que desechar porque era demasiado.

Tengo entendido que es un estilo más antiguo de lo que creemos.

F: Si, la petenera es barroca. Viajó con los marineros españoles, básicamente a la zona de Colombia y México. Esas son las primeras peteneras que se conocen, que no son las flamencas. Y ya en aquella época se recogen testimonios que dicen que era un canto que los marineros cantaban para alejar el mal tiempo, y otros dicen que eran las sirenas.

Vamos que ya desde el principio apunta al mal fario.

R: Si, eso se dice, pero a nosotros de momento no nos ha afectado. A mí lo que me interesa es que en el flamenco la petenera tiene varias adscripciones, que si es un cante de ida y vuelta, que si es sefardí, que si es de Paterna, que si viene del Romance de la Monja, que hemos incluido en el repertorio... Lo que está claro es que hay una línea melódica recurrente. Pero a mí me gusta mirar esos cantes con mucha imaginación, porque de eso se trata, de echarle imaginación y hacerlos propios.

¿Cómo es eso posible tratándose de dos músicas tan diferentes?

F: Pues yo creo que porque a diferencia de la música clásica, la música antigua, como el flamenco está viva. Porque tampoco en la música antigua contamos con muchas partituras cerradas.

R: Por eso hemos basado el proyecto en una búsqueda libre, sin cerrar nada. Y en muchos temas, como la nana que yo acabo repitiendo, no hemos fijado el número de repeticiones, simplemente nos miramos y ya está. Además que el flamenco es una música viva, igual que la música antigua, por mucho que algunos puristas se empeñen en que tenemos que cantar como este o aquel artista.

¿Qué os parece la elección de la Iglesia de San Luis para vuestro espectáculo?

R: Pues para nosotros ha sido todo un acierto, porque muchas veces menos es más, y cuando estábamos en el proceso de búsqueda, yo me imaginaba cantando ahí, y en ese sentido creo que el espacio interacciona con nosotros y nos ha ayudado a definir el repertorio.

Pero tengo entendido que la acústica no es la más adecuada.

F: Bueno el espacio es una maravilla. Es que entras allí y viajas en el tiempo y te vas cuatrocientos años atrás. Pero en su momento se creó para un coro o un órgano, y en el momento en que amplificas se hace bola.

R: Sí, pero nosotros hemos tenido la inmensa suerte de contar con Manu Meñaca, nuestro técnico de sonido. Su labor es tan importante, que yo siempre digo que este espectáculo es de los cuatro, porque sin Manu no hubiera sido posible.

¿Eso de coger la viola de gamba como si fuera una guitarra tiene que ver con el sonido y la acústica?

F: No, no, es un intento de buscar darle más colores a la música.

¿El aforo reducido y la cercanía os ayudan o todo lo contrario?

F: Nos ayuda, por supuesto. Ten en cuenta que en el mundo de la música antigua es muy normal tocar en iglesias y espacios pequeños, con propuestas de formato reducido. De hecho los músicos de música antigua estamos más acostumbrados a ese formato. Y este espacio es una pequeña joya y creo que eso también ha influido en el público. Nosotros llevamos mucho en la profesión y notamos cuando el público está realmente satisfecho. Y hasta ahora lo que nos ha llegado es que los espectadores vienen a darnos la enhorabuena muy efusivos. Ya veremos cómo funciona en un espacio mayor.

¿Y nadie os ha dicho que eso no es flamenco?

R: Pues de momento no, pero a mí eso me da igual porque, en esto del arte, yo creo que todo suma. El otro día alguien me preguntó que cómo puedo meter yo un ay en la música antigua, como si esa expresión no expresara un sentimiento y ese sentimiento estuviera solo presente en el flamenco. Otra cosa es que yo pueda sentir lo mismo que los primeros creadores del flamenco. Yo tengo otras vivencias y en ese sentido supongo que mi cante no es igual, pero eso es lo que hay. Significa que el flamenco está vivo.

¿Y crees que seguirá vivo mucho más o que con las nuevas redes de comunicación corre el riesgo de perderse?

R: Pues yo creo que no. En realidad es todo lo contrario. Precisamente todas esas redes nos ofrecen unas herramientas que antes no teníamos, tanto de estudio como de darse a conocer. Y la verdad es que yo me encuentro con muchos jóvenes interesados por el flamenco.

Sabemos que mucha gente se ha querido ver el recital y se ha quedado sin entrada, ¿tenéis planes para hacerlo de nuevo?

F: Por supuesto, sería un desperdicio no hacerlo. Queremos y tenemos ya varias propuestas. Y bueno, ya veremos cómo lo hacemos. Tal vez recurramos a algún apoyo con otro instrumento, porque la verdad es que a mí me vendría bien tener más apoyo, pero sin desvirtuar el intimismo. Todavía es pronto para adelantar fechas, pero ya tenemos una cerrada, el 2 de diciembre en el Auditorio Nacional de Madrid.