«Sin contenidos, no venderían tanto las grandes operadoras telefónicas»

Jorge Martínez, líder de los renacidos Ilegales, actúa en Sevilla. Opina que la piratería ha provocado «el desplome de las artes» y culpa «a los gobernantes»

23 abr 2015 / 10:00 h - Actualizado: 23 abr 2015 / 10:13 h.
"Música"
  • Alejandro Blanco, Jaime Belaústegui y Jorge Martínez, trío actual de Ilegales. / Mabel Ladyblues
    Alejandro Blanco, Jaime Belaústegui y Jorge Martínez, trío actual de Ilegales. / Mabel Ladyblues

En plena Feria de Abril, la sevillana tienda FNAC (Avenida de la Constitución, 8) se atreve, por qué no, a desafiar las tradiciones de la ciudad para apostar por la música irreverente. De ahí que este jueves (19.00 horas) acoja nada menos que a Jorge Martínez, vocalista y líder de los renacidos Ilegales, que acude por estos lares –consciente o no de la competencia de los farolillos– a incordiar a diestro y siniestro, que es lo que ha hecho en las últimas cuatro décadas.

La razón de su visita es el disco La vida es fuego –luego se comentará–, pero fuego es el que dispara a poco que se le incite: «La piratería lo ha cambiado todo, no sólo la música sino también el cine, el teatro o la misma prensa, que está empezando a padecer mucho por esta causa. Hemos asistido al desplome de las artes en general sólo para favorecer a las grandes operadoras telefónicas. Las cuales, por cierto, sin contenidos no venderían tanto; ni tanta banda ancha ni hostias», se queja con amargura. Y ahí no se detiene, claro: «Cuando ves que los gobernantes se retiran de la política y se meten a consejeros de estas operadoras, la ecuación se formula muy fácilmente», razona con ironía.


«Hay un gran interés en que se piratee todo», resume Jorge Ilegal (así le conoce todo el mundo ), que también tiene cera para las bandas que, como ellos, nacieron a finales de los setenta o principios de los ochenta y de los que nunca más se supo... hasta la irrupción de los revivals y las recuperaciones de aire vintage: «Hay una diferencia con otras bandas, que por desgracia han visto cómo sus canciones han soportado mal el paso del tiempo. En el caso de Ilegales no sólo no han envejecido mal sino que no lo han hecho. Tiempos nuevos, tiempos salvajes, por ejemplo, suena actual. La verdad es que me siento distante de muchos grupos de mi época», asevera sin temor a equivocarse.


Dejando de lado la crítica, el concierto de esta tarde es un evento muy peculiar: «Voy solo, escuchando y comentando canción a canción. El nuevo es un disco muy eléctrico y no admite un acústico. Sonará cada canción y luego contestaré a las preguntas que me hagan y firmaré todos los discos que me traigan, no sólo del último», resume el cantante natural de Avilés.


Para la reunión de Ilegales, y para el disco de 2015, Jorge –alma máter, fundador y único miembro que se mantiene desde los inicios– ha tirado de dos de los componentes más fieles en estos 36 años (la banda nació en 1979), a saber: Jaime Belaústegui (batería) y Alejandro Blanco (bajo), con quienes se siente arropadísimo: «Alejandro, el que menos tiempo lleva, hace 23 años que está conmigo. Es una banda estable y para la gira tendremos el apoyo de un joven teclista-guitarrista llamado Mike Vergara, que nos va a venir bien para canciones que requieren dos guitarras o un teclado adicional».


Ese cuarteto hará una extensa gira que también será distinta: «Siempre hemos actuado como un comando guerrillero que se desplazaba en avión a los sitios con un equipo más amplio en cuanto a sonido, luces, etc. Ahora apostamos por un gran montaje para variar un poco», explica Jorge, que sólo se preocupa de lo suyo, tocar, y no tiene claras las fechas: «La gira acaba en noviembre o diciembre en América, creo que en México», dice antes de apuntar que regresarán por Sevilla. ¿Tiene Ilegales algo que decir a estas alturas de la vida? «Sí, hombre. Siempre es agradable salir a la carretera. Me motiva mucho por ejemplo tocar con las guitarras que llevamos, es muy excitante porque son de esas de las que todos hablan pero pocos han visto», presume.


También del álbum, décimo de Ilegales: «Es tan crudo como los anteriores. Además, las canciones son premeditadamente inmediatas y frescas; ninguna tiene más de cuatro meses de vida; son temas urgentes, no muy elaborados pero sí muy ilegales, con el sonido que siempre nos ha caracterizado; cualquiera que nos haya escuchado nos va a identificar enseguida», asevera el asturiano antes de recalcar: «Tenía material como para dos elepés y además tengo mucho más por grabar de todo este tiempo». Y es que la banda se disolvió en 2011 pero no sacaba material nuevo ¡desde 2003!: «El nivel compositivo estaba parado por el ritmo de actuaciones tan tremendo. Desde 2000 la actividad ha sido turbulenta y continua; ha habido épocas en las que hemos cogido ocho aviones semanales».