«Situar al Maestranza tras el Real y el Liceo continúa siendo nuestra lucha»

El maestro madrileño incidirá en la próxima temporada en dos líneas clave en las que lleva años profundizando, de un lado el compromiso con la ópera menos transitada del siglo XX y, de otro, la búsqueda de nuevos públicos para el teatro

25 jun 2018 / 08:43 h - Actualizado: 25 jun 2018 / 08:53 h.
"Entrevista","Teatro de la Maestranza"
  • El director de orquesta Pedro Halffter es también responsable artístico del Teatro de la Maestranza. / Manuel Gómez
    El director de orquesta Pedro Halffter es también responsable artístico del Teatro de la Maestranza. / Manuel Gómez

A pesar de que el fuerte impulso y la internacionalización del Teatro de la Maestranza que llegó de la mano de Pedro Halffter se frenó con la crisis, el maestro madrileño sigue perseverando en algunas de las líneas más personales de un proyecto que se renueva en la temporada 2018/2019 que se presentó hace unas semanas.

—Sorprende el regreso de la zarzuela en gran formato después de que hace un par de año usted lamentara su supresión por la falta de público para la misma.

—Así es. Por eso mismo no vuelve de cualquier forma, lo hace gracias a un título emblemático del género como es La tabernera del puerto, con una puesta en escena de Mario Gas y un reparto espectacular con María José Moreno y Ángel Ódena en él.

—También sobresale su apuesta por títulos desconocidos de la ópera del siglo XX como ese programa con Der Diktator y El emperador de la Atlántida.

—Es una combinación inédita de dos títulos que estoy seguro de que se repetirá en el futuro. Se trata de una parodia de Mussolini y otra de Hitler que tienen especial significación en el 80 aniversario de la Noche de los cristales rotos, aquella en la que los nazis empezaron a quemar los libros; una de las imágenes más brutales de destrucción del desconocimiento que se ha visto nunca. Creo que un teatro de ópera tiene la obligación de poner en escena obras como estas, de Krenek y Ullmann. Además, para Der Diktator estrenaremos una escenografía del sevillano Rafael R. Villalobos, por lo que constituye una nueva producción del Maestranza.

Lucia di Lammermoor e Il Trovatore constituyen la cuota de ópera de repertorio a cumplir, ¿no?

—Sí, pero no las damos de cualquier forma. Para Lucia contaremos con la soprano Leonor Bonilla que debuta en el papel, lo que incide en nuestra voluntad de defender y contratar a cantantes españoles. Il Trovatore hacía casi 20 años que no se representaba en Sevilla y es uno de los títulos verdianos más queridos del público junto con Traviata y Rigoletto. Además, personalmente cada vez me siento más cercano al mundo lírico de Verdi.

—Culminará la temporada Andrea Chenier, otro título verista y de nuevo con Ainhoa Arteta, tras Adriana Lecouvreur...

—Programarla era cuestión de continuidad lógica con Adriana. Ambas fueron escrita con muy pocos años de diferencia pero son dos obras muy diferentes como comprobaremos en su momento. Me encanta este universo estético, con unas orquestaciones que son de un colorido y una profundidad admirables.

—Imagino que la cuestión económica le habrá impedido convocar a pianistas internacionales menos conocidos aquí que los dos fichados esta temporada próxima.

—Contaremos con los dos mejores pianistas españoles que existen: Joaquín Achúcarro y Javier Perianes. Son artistas de primer nivel mundial, cada uno con su propio repertorio. Dos figuras inmejorables.

—Y en medio de todo el programa el ganador de Eurovisión 2017 Salvador Sobral como gancho para nuevos públicos, ¿quizá?

—Eso es un reto en el que llevamos mucho tiempo empeñados. Hay que atraer a un público lo más amplio posible que, quizá, venga un día para escuchar a Sobral y, de paso, se fije en tal o cual propuesta y decida probar. Porque aparte estoy convencido de que Sobral es un muy buen artista que merecía estar en un escenario como el del Maestranza.

—¿Sigue el Maestranza aspirando a ser el tercer teatro de España?

—Por supuesto, esa sigue siendo nuestra lucha, en la que trabajamos con ambición. Situarnos en el mismo equipo que el Real de Madrid y el Liceo de Barcelona, aunque para ello necesitamos mucho más respaldo institucional. Mientras, aquí en el Maestranza cuento con un equipo que trabaja con una enorme pasión en que eso algún día sea realidad.