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El pianista alicantino Ricardo Descalzo actualiza mensualmente su Videoteca de Piano Contemporáneo. / El Correo
«Decidí un día dedicarme exclusivamente a tocar música contemporánea. Sí, se me puede considerar un especialista, no me duele reconocerlo». Lo dice el pianista alicantino Ricardo Descalzo. Y su afirmación es una rara avis en el universo de la interpretación musical, tan poco dado a categorizaciones, mucho menos a adscripciones tan poco comerciales como la que el teclista ha elegido. Descalzo lleva desde 2013 dando forma a la Videoteca de Música Contemporánea para Piano (https://contemporarypianovideolibrary.wordpress.com), un original proyecto en el que vuelca buena parte de sus esfuerzos: «Me di cuenta que trabajaba y presentaba en concierto obras que nunca más volvía a abordar. Con la Videoteca pretendo mostrar mis interpretaciones muy bien grabadas y de piezas de estilos diferentes», explica.
Porque a Descalzo no le escuece la denominación de «ecléctico». Es este adjetivo, que lleva con orgullo, el que le permite defender partituras tan diferentes como las firmadas por José María Sánchez-Verdú, Toshio Hosokawa o Gerard Pesson. «No escondo, eso sí, una abierta preferencia por compositores japoneses –singularmente Maki Ishii– y por descubrir talentos jóvenes –Minas Borboudakis, Anna Thorvaldsdottir...–», detalla. Pero también se cuelan en su colección videográfica –apoyada por la empresa LineDesignStudios y por la Diputación de Alicante– compositores muy a contramano, como la canadiense Annea Lockwood, cuya obra pianística acaricia Descalzo la idea de registrar en su integridad.
«No tengo ningún ánimo de lucro con esta aventura, sólo me mueve el positivo feedback que recibo a través de las redes sociales en las que voy dando a conocer los avances de la Videoteca», asegura. A razón de un par de nuevas grabaciones al mes, la respuesta «ha sido formidable y tengo hasta algún que otro compositor que está detrás mía para que haga una filmación con una de sus obras», revela. Descalzo es un pianista enormemente metódico, y ninguna pieza aparece a la luz pública espontáneamente. Casi todas han sido desbrozadas y estudiadas, y algunas de ellas repensadas con sus alumnos en Musikene, donde imparte clases. «Ahora estamos negociando con la editorial Peters para ver si podemos presentar en vídeo las obras de George Crumb, un compositor que considero imprescindible», avanza.
Al margen de este trabajo, estamos ante un pianista algo huidizo. Ha grabado poco en disco, porque no ha sentido la necesidad, y porque percibe la red como su lugar natural. Y sus conciertos tienen cariz de acontecimiento. «Hay colegas que tienen una capacidad de lectura que yo no tengo. Necesito trabajar durante mucho tiempo una partitura antes de sentir que esta se expresa naturalmente a través de mis dedos y de mi cabeza. Soy muy cuidadoso con lo que programo, y he tenido que decir que no en bastantes ocasiones porque sabía que no iba a llegar al recital con comodidad», argumenta.
En marzo actuará en el Festival de Música Contemporáne de Córdoba. Sobre el piano, músicas de Guix, Korsun, Pesson, Cerrone... «Cuando era joven tenía una línea estética más definida. Ahora estoy abierto a una cantidad de mundos increíble, disfruto tanto de tocar una pieza experimental de Randall Meyers que de una composición neorrománica de Jesús Torres. Y ambos polos enriquecen además la Videoteca», concluye. ~