Suena ‘La Flauta Mágica’ en el Teatro Maestranza

La célebre ópera de Mozart regresa en una producción llena de jóvenes voces españolas y con las entradas agotadas

09 feb 2017 / 08:31 h - Actualizado: 09 feb 2017 / 08:48 h.
"Ópera"
  • Una escena del montaje que presenta Roberto Andò en Sevilla. / El Correo
    Una escena del montaje que presenta Roberto Andò en Sevilla. / El Correo
  • Suena ‘La Flauta Mágica’ en el Teatro Maestranza

El dato es incontestable. En 2016 la ópera La Flauta Mágica (Die Zauberflöte) fue la más representada. Y Mozart, un año más, continuó siendo el compositor que lideró las descargas digitales de todos los compositores de la historia. Quizás estos datos ayuden a comprender por qué ya no es posible adquirir una entrada para las cuatro funciones (del 12 al 18 de febrero) que ha preparado el Teatro de la Maestranza y que ayer presentó.

Seguramente quedará como un ‘debe’ en la historia del coliseo no haber aprovechado el tirón programando más representaciones adicionales. Sin embargo, no hay que olvidar que la de Mozart, en estricto sentido, es un singspiel, un género netamente germano en el que la palabra hablada tiene casi tanto peso como la cantada (en alemán). Sea como fuere, la popularidad del título no ofrece lugar a dudas. «Llevo tres meses dirigiendo la ópera [primero en Trieste (Italia), ahora en Sevilla] y todos los días, cuando me levanto, lo hago con una inmensa alegría», expresó ayer el director musical Pedro Halffter. La Flauta de Sevilla quiere ser además «una apuesta por los jóvenes valores españoles», dijo. Vuelve la ópera mozartiana en una producción del Teatro Regio de Turín firmada por Roberto Andò y con escenografía e iluminación de Gianni Carluccio.

«La Flauta Mágica es una ópera que se sitúa en el vértice de una asentada tradición del teatro alemán, en el que todo lo referente con la maquinaria y los trucos adquiría un enorme protagonismo», reflexiono Andò, quien sin embargo rehuso en sus intervenciones desvelar cómo ha plasmado la inmensa simbología de la obra. «Sí que podemos decir que es una producción difícil, y que la entrada en escena de la Reina de la Noche es algo... espectacular», opinó Halffter.

En total, serán 7.200 las personas que abarrotarán el coliseo del Paseo Colón durante la próxima semana. Muchas de ellas seguramente ya asistieron en 2002 a las representaciones que en este mismo teatro propuso la compañía catalana Comediants bajo la dirección musical de Josep Pons. «La que ahora veremos es una realización muy fiel a las indicaciones escénicas del propio Mozart, que expuso más de 40 en toda la partitura», detalló ayer Halffter. En el mismo sentido, al parecer, quedarán explicitadas en esta producción italiana muchas de las múltiples referencias a la masonería y al ritual de iniciación en este credo filosófico y también visualmente está trufada de estampas egipcias. «Hay muchas producciones en las que el riquísimo mundo simbólico de la obra queda literalmente enterrado por la ligereza maravillosa de la música de Mozart; aquí no», dijo Andò. Porque La Flauta Mágica es un caso excepcional en la historia del género, «probablemente la única ópera capaz de encandilar a los niños y, a la vez, alcanzar una profundidad tal que harían falta varias tesis doctorales para abarcarla», abundó Halffter.

Precisamente la presencia de los niños es de una considerable relevancia. Tres miembros de la Escolanía de Los Palacios están enrolados en unas representaciones con las que debutan en Sevilla un buen número de voces. Como la del tenor Roger Padullés (Tamino), que por primera vez canta este título en España. «He podido hacer mi papel en teatros de todo el mundo, desde Chile a Alemania pasando por Japón e Italia... y siempre el público queda impactado, tiene un increíble poder de conexión con el público», consideró.

Erika Escribá-Astaburuaga será Pamina, quien tiene la responsabilidad de cantar «una de las arias más tristes de todo el género lírico», Ach Ich Fühl, que ha de interpretar en el segundo acto. Pero es sobre la soprano Sara Blanch sobre quien recae el mayor peso, toda vez que, como Reina de la Noche, ha de solventar el aria Der Hölle Rache kocht in meinem Herze. Una pieza memorable, grandiosa, rápida y que le exige dominar unos agudos extremos. «No sé cómo lo hace pero, en los ensayos, Pedro [Halffter] siempre aparece y me recuerda que tenga presente que mi aria es el momento que está esperando el público durante toda la ópera», dijo en tono de broma asumiendo la presión que tiene sobre sí.

El dicharachero Papageno será el bajo barítono Peter Kellner, quien lleva tiempo trabajando el papel y en el que dijo ver mucho de sí mismo. El bajo Javier Borda, por su parte, debuta el personaje de Sarastro, «de una vocalidad vocal y filosófica grandiosa», según consideró. Mikeldi Atxalandabaso, como el malvado Monostatos, Estefanía Perdomo, como Papagena, y David Lagares, como el Orador, entre otros, completan el resto del reparto.