Temporada taurina: claves y condicionantes para un año incierto

La presión antitaurina, el acoso político y los agujeros del negocio son los principales frentes en los que tendrá que fajarse la Tauromaquia

02 ene 2017 / 11:43 h - Actualizado: 02 ene 2017 / 11:44 h.
"Toros","Los retos de 2017"
  • Morante de la Puebla da un pase a su primero el 24 de septiembre del pasado año. /Raúl Caro (Efe)
    Morante de la Puebla da un pase a su primero el 24 de septiembre del pasado año. /Raúl Caro (Efe)

Se ha ido 2016 y saludamos a 2017 con las habituales quinielas de toros y toreros; pensando en las ferias que vendrán o en los triunfos que llegarán. Pero el mundillo taurino, que suele emplear el genuino papel de don Tancredo, no puede permanecer impasible ni un minuto más ante el ancho retablo de factores internos e internos que amenazan su futuro y cuestionan la viabilidad económica del negocio. El toreo navegó a todo trapo en los años inflados del clavel y el ladrillo pero no ha sabido adaptarse a estos duros tiempos de recesión que han puesto en evidencia su escaso músculo.

La lista de retos es larga:_Podemos comenzar por la recuperación de la Monumental de Barcelona como escenario taurino. La sentencia del Tribunal Constitucional juega a favor pero la realidad, desgraciadamente, se empeña en ser mucho más tozuda. La presión política de los ayuntamientos de extrema izquierda o de color nacionalista están utilizando herramientas administrativas –perfectamente legales– para cohartar la actividad taurina. El recentísimo caso de Vitoria es el más flagrante... Pero dentro de esos condicionantes externos hay que apuntar también la rebaja de la altísima fiscalidad que soporta el negocio taurino. La cacareada modificación del IVA que soportan los espectáculos en vivo sería vital para el toreo, especialmente para las novilladas picadas que se encuentran en un punto de no retorno que podría socavar el futuro de la propia profesión.

Dentro de los condicionantes que están arañando los cimientos del negocio no se puede obviar tampoco esa presión antitaurina que ha logrado calar –como una lluvia fina– más allá de lo que los propios profesionales del toreo quieren admitir. La Fundación del Toro se estrenó en el año que se va poniendo a prueba su potencial jurídico. Se trataba de defender la legalidad de la Tauromaquia; su condición de patrimonio cultural frente a ataques cada vez más impunes. En el debe de esta plataforma –ojo, es la primera acción vertebradora que ha conseguido objetivos concretos– está esa ansiada política de comunicación para recuperar el espacio perdido en la cotidianidad. En ese punto, la recuperación de las emisiones taurinas en las televisiones generalistas sería vital aunque las presiones contrarias lo hacen inviable.

Conviene mirar hacia adentro:_la necesidad de un relevo generacional también es acuciante. Las figuras consagradas aguantan aún el peso de las ferias pero la dictadura del tiempo es implacable. Roca Rey, el prometedor paladín peruano, promete ser el nuevo ariete de esa generación que, más pronto que tarde, debe tomar las riendas de las ferias. Apunten los nombres de Garrido, Ureña, Jiménez...

EL DESPLOME DEL ABONO AMENAZA EL ACTUAL MODELO

Apaciguados los ánimos con las primeras figuras, su retorno a la plaza de la Maestranza en 2016 no se tradujo en el aumento de un abono que ya andaba en caída libre un largo lustro después de tocar su techo entre 2007 y 2009. Ése es uno de los principales retos de la temporada 2017 en la plaza de la Maestranza. La recuperación de la antigua clientela y hasta del pulso social y humano que alentaba sus tendidos hasta hace muy poco es vital para mantener el esquema de temporada al que estamos acostumbrados. Ramón Valencia, actual gerente único de la empresa Pagés, se preguntaba en este periódico cual es el modelo de feria que puede soportar la ciudad. Ahí está la clave del futuro próximo del coso del Baratillo que, más pronto que tarde, podría verse obligado a adecuar la oferta a la auténtica demanda del aficionado más allá de los bucles melancólicos en los que se enredan los aficionados más demagógicos.

Morante se reconcilió en 2016 con la afición que más le ha esperado. Ésa fue otra de las grandes noticias del año que se fue. y el diestro cigarrero parece dispuesto a consagrar el ruedo maestrante como principal escenario de sus últimos años en activo. Sevilla, no se olvide, es plaza de figuras del toreo. La calidad de los carteles es, hoy por el hoy, la única garantía para mantener el pulso de la plaza. Ya se ha comentado hasta la saciedad: el nuevo cliente a contentar es el espectador ocasional que selecciona los festejos a los que quiere acudir. ¿Quién le pone el cascabel a ese gato?