Terror entretenido de barrio castizo

Paco Plaza dirige la recreación de el Expediente Vallecas, referencia paranormal en España, con elegancia y demasiado artificio

26 ago 2017 / 18:19 h - Actualizado: 26 ago 2017 / 18:25 h.
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  • El cartel de la película. / El Correo
    El cartel de la película. / El Correo

El Expediente Vallecas es uno de los fenómenos paranormales más conocidos y sobrecogedores de la historia de la parapsicología de este país. Según se sabe es uno de los escasos testimonios documentados de este tipo que aparecen en los ficheros de la Policía Nacional. Todo ocurrió una noche del año 1992 en una casa del popular barrio madrileño de Vallecas. Cuando la policía llega alertada por la llamada de una adolescente al domicilio de los hechos, lo que se encuentra son unos sucesos de difícil explicación: muebles que se abren, fuertes ruidos, manchas viscosas en la pared y una familia asustada y atemorizada por lo que estaba sucediendo.

Después de darse a conocer con El segundo nombre (2002) y Romasanta (2004) el valenciano Paco Plaza consigue el éxito internacional a manos de la saga REC, primero formando pareja con el director Jaume Balagueró, codirigiendo sus dos primeras partes y finalmente como director de la tercera. Plaza es el artífice que recrea y pone en imágenes este episodio vallecano de tintes terroríficos ocurrido a principios de la década de los noventa.

Para ello se fija en Verónica una chica de quince años que sobrepasada por unas responsabilidades que no le corresponden, cuidando de la casa y de sus hermanas y hermano, vive tras una sesión de Ouija con unas amigas de instituto, una de las peores experiencias de su vida. Lo que hasta ese día era una especie de rutina no aceptada, tras la experiencia con el célebre y macabro juego de mesa espiritista, hará que su existencia de un giro y se convierta en una pesadilla.

Experto en provocar miedo con sus anteriores trabajos, los modos del género los controla muy bien, Plaza hace un esfuerzo por saltar de los tristes y aburridos caserones americanos de siempre, a las viviendas austeras y humildes de la periferia española. La historia se sigue con interés porque los resortes de la tensión y el miedo los dosifica con elegancia: música, efectos y encuadres están planificados para darle sentido y tensión a lo que cuenta. Y si el proceso de carga y erosión de la chica se sostiene en la premisa de la película, esta se va desvaneciendo cuando el realizador recurre a recursos viciados por demasiado trillados. Usa mucha simbología religiosa, canciones del grupo Héroes del Silencio, una monja vieja y ciega y presencias oscuras demasiado explícitas. Sí, se le nota demasiado que con la mezcla de tanto artificio quiera dar caramelos a todo el mundo. Eso lamentablemente lastra la composición y el mensaje de la película hasta dejarla en un simple y entretenido divertimento.

Verónica **

España 2017 105 min.

Dirección Paco Plaza Intérpretes Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent, Sonia Almarcha, Maru Valvivielso, Leticia Dolera.

Terror.