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El equipo artístico de la película ‘Todo es de color’, en homenaje a la banda Triana, ayer junto al Cine Alameda de Sevilla. / El Correo -
Con Triana comienza la historia del rock andaluz. / El Correo
«La película es para los seguidores de Triana, espero que les llegue». Palabras del director Gonzalo García-Pelayo, que ayer proyectaba en los multicines Alameda, en pase restringido a equipo y medios, el largometraje Todo es de color, su homenaje a la célebre banda sevillana, pionera del rock andaluz.
Producido por Paco Millán y Sara Fijo (Góndola Films), el filme arranca de una idea de Javier García-Pelayo, hermano de Gonzalo, mánager y descubridor del grupo, quien manifestó su deseo de que el público «acuda a los cines, cante, llore y lo disfrute», dijo. «Los protagonistas de la película son la gente. Esta historia arrancó con Triana, pero quien la ha mantenido a lo largo de los años es la gente».
En el elenco de actores Natalia Rodríguez (Amar es para siempre), Alfonso Sánchez (Ocho Apellidos, Allí Abajo, El Mundo es nuestro), Jorge Cadaval (Los Morancos), Ken Appledorn (The extraordinary Tale), entre otros. También han participado tres bandas de tributo a Triana (Aljibe, Zaguán y Randy López) y más de 15 músicos, entre los que figuran Raimundo Amador, Diego Pozo (Los Delinquëntes), Manuel Imán, Gualberto o Pedro Ricardo Miño. Asimismo, hay una escena en que un millar de fans se dan cita en la Alameda de Hércules de la capital hispalense para tararear uno de los himnos del grupo.
También estuvo presente en la proyección y posterior rueda de prensa un emocionado Eduardo Rodríguez Rodway, único superviviente de Triana tras el fallecimiento del cantante Jesús de la Rosa y del batería Juan José Palacios, Tele. «El espíritu de Triana está completamente en la película, ahí se nota la fuerza del grupo. Y eso es algo que solo podían hacer los Pelayos», afirmó.
«Triana reivindicó el rock andaluz fuera de los tópicos, inventó una música con luz propia», prosiguió el músico, afincado desde hace décadas en Caños de Meca. «Después de 40 años, esa música sigue sonando en el cielo de Sevilla». Tampoco quiso perderse esta cita Manolo de la Rosa, hermano del malogrado Jesús de la Rosa, para quien «el espíritu de Triana no ha disminuido nada en estos años, al contrario, ha aumentado. Gente que no conoció esa época siente ahora que se transforma cuando escucha esa música. Se ha convertido en algo más, en una forma de vivir».
Representante de esa nueva generación es la propia Natalia Rodríguez, que en la película interpreta a una chica con problemas existenciales que a través de las canciones de Triana se redescubre a sí misma. «Doy gracias al equipo por la magia y el amor, por descubrirme a Triana, un grupo que no conocía, aunque mi padre sí», confesó.
García-Pelayo, que entre sus muchas influencias cita películas como Strómboli de Bergman o Un perro andaluz de Luis Buñuel, asegura que su filme «está lleno de guiños a las canciones de Triana, los diálogos están salpicados de ellos». En el rodaje, realizado sobre todo en la capital hispalense y en Caños de Meca, se recorren algunos de los lugares más característicos del grupo, y más queridos por sus componentes. También se incluyen imágenes de archivo de la banda, cuyo mensaje sigue vigente: «Hijos del agobio la tenía que haber escrito Jesús para estos tiempos. Hoy cobra aún más sentido».
Hace 40 años, Gonzalo García Pelayo, cineasta, productor y jugador profesional, produjo el primer disco del grupo Triana, El Patio, «después de que tres compañías de discos rechazaran nuestras maquetas», recordó con sorna Rodríguez Roadway. «Seguramente nos adelantamos en el tiempo, pero era el momento de demostrar que había una España nueva y feliz, y no negra y casposa».
La película se estrena mañana viernes en nueve cines de Andalucía, entre ellos Alameda Multicines y Los Arcos Multicines 3D en Sevilla. «Hemos querido hacer disciminación positiva con Andalucía, y posteriormente nos volcaremos en Madrid y Barcelona», explicó el productor Paco Millán. «Triana fueron nuestros Beatles, y como tales hemos creído que debíamos dedicarle un homenaje bajo las premisas de la honestidad y de verdad», apostilló.