Tributo al maestro en tono menor

El nuevo homenaje que le dedicó la Bienal a Paco de Lucía anoche en el Alcázar estuvo en tono menor. La idea de llevar al directo por primera vez su obra póstuma, ‘Canción andaluza’, desafinó como una guitarra de tómbola

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
23 sep 2016 / 07:38 h - Actualizado: 23 sep 2016 / 12:10 h.
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  • José María Gallardo, en un momento del concierto. / Manuel Gómez
    José María Gallardo, en un momento del concierto. / Manuel Gómez

Paco de Lucía no tiene suerte en la Bienal. En vida tampoco, aunque le recordamos grandes conciertos. Recuerdo un titular de una de esas veces: “Paco de Lucía, en tono menor”. Creo que era así. Le temía a la Bienal como a una vara verde, según él, porque se le ponían en primera fila del teatro algunos guitarristas o aficionados a la sonanta de Ricardo o Melchor, y lo crujían con la mirada cuando se desviaba lo más mínimo de los cánones. Pues anoche, en el nuevo tributo que le dedicó el festival sevillano, la cosa estuvo también en tono menor. La idea no era desdeñable, llevar al directo, por primera vez, su obra póstuma, Canción andaluza, el homenaje que el genio de la Isla Verde dedicara a la copla a través de ocho piezas fundamentales del género. Una joya del joyero de su discografía. El escenario era el mejor, el Patio de la Montería del Real Alcázar, con lleno absoluto. No era para menos. Sin embargo, la noche no dio de sí lo que se esperaba, desafinó como una guitarra de tómbola. Incluso hubo un momento, cuando el guitarrista José María Gallardo estaba interpretando el adagio del Concierto de Aranjuez, que el pianista, Moisés Sánchez, confundió la partitura con la lista de la compra de Mercadona. Fue solo un accidente, vale, se le pusieron flamencos los papeles, pero qué mala pata. Menos mal que el guitarrista sevillano nos había deleitado ya con varias maravillas de Quintero, León, Quiroga, Penella, Álvarez y Valverde, con su elegancia y enorme sensibilidad, sin que se le fuera ni una sola nota. Todas se le fueron a una columna del equipo de sonido, que tuvo un inoportuno resfriado. Ojos verdes, En tierra extraña, Pena, penita, pena, Romance de valentía... La historia de la copla. No es la copla el fuerte de Lole Montoya, porque hasta tuvo que leer en un atril su canción, haciendo luego unos tangos con la voz tan floja como una almohada de plumas. La voz más angelical del cante sevillano estuvo también en tono menor, aunque sea siempre un dulce para los paladares más nostálgicos. A ver si el valenciano Parrita nos araña el alma, como acostumbra, pensamos, y lo intentó zambreando por Caracol, con un metal de voz tan gitano que, bueno, como la noche estaba cortita, nos supo a gloria. También recordando, que no emulando, porque eso es imposible, al gran Enrique Montoya en Señorita, de León y Solano. Y poco más que contar. Lo mejor, que la noche no se hizo eterna, aunque la música de Paco lo sea. Hay que seguir intentándolo, en la Bienal o fuera de ella, porque el maestro tenía mucho de Sevilla en su toque, parte del alma del Niño Ricardo, el señor Serrapí. Y por muchas más cosas, entre otras, porque una ciudad como Sevilla, una de las cunas del flamenco, y un festival de la categoría de la Bienal, no pueden pinchar siempre en hueso cada vez que intentan homenajear al artista flamenco más grande de todos los tiempos. Hay que rendirle honores, pero que sea en tono mayor. Y si no es mucho pedir, con siete bemoles.


Famenco / Canción Andaluza de Paco de Lucía / Calificación: * *

XIX Bienal de Flamenco. Tributo a Paco de Lucía. Dirección musical y guitarrista solista: José María Gallardo. Piano: Moisés Sánchez. Guitarras: Jesús de Rosario y José del Tomate. Percusión: Piraña. Artistas invitados: Lole Montoya y Parrita. Real Alcázar, 22 de septiembre de 2016.