Un café concierto para Sevilla

El Hotel Alfonso XIII ha acogido las matinées del Festival Turina, una iniciativa de conciertos que han puesto el foco sobre un espacio inédito en la ciudad

08 sep 2017 / 17:13 h - Actualizado: 08 sep 2017 / 22:15 h.
"Música","Conciertos","Críticas","Música clásica","Joaquín Turina"
  • La pianista Benedicte Palko y el violinista Tobias Feldmann, ayer durante el matinée en el Hotel Alfonso XIII. / Manuel Gómez
    La pianista Benedicte Palko y el violinista Tobias Feldmann, ayer durante el matinée en el Hotel Alfonso XIII. / Manuel Gómez
  • Foto de ambiente durante el recital matinal de ayer. / Manuel Gómez
    Foto de ambiente durante el recital matinal de ayer. / Manuel Gómez

Durante años una de las señas de identidad más auténticas del veterano Festival de Música y Danza de Granada fue su café-concierto en el Hotel Alhambra Palace, el establecimiento más lujoso de la capital nazarí. El mucho más modesto y joven Festival Turina ha descubierto, en esta sexta edición en curso, la posibilidad de abrir un espacio concertístico diferente de los habituales, estableciendo dos matinées que se han saldado con un gran éxito de público en los mediodías del Hotel Alfonso XIII. Sorprende que Sevilla carezca –de forma estable– de un lugar así; un lugar donde el aperitivo de la una y la música clásica se encuentren. Se dirá que el maridaje resulta excesivamente burgués pero, nos guste más o menos, es en este contexto como se desarrolló la música de cámara durante los siglos XVIII y XIX.

De esta forma, ayer a media mañana, un público con una notable presencia de turistas bien informados asistieron a un programa, corto en extensión, pero de gran intensidad, merced a la interpretación de la Sonata nº1 de Brahms, cuyo primer movimiento constituye una de las páginas de más arrobada belleza de cuantas compuso el alemán. La directora del Festival, Benedicte Palko, la abordó desde el piano con un gran vigor dramático, contrapunto del violín más alado de Tobias Feldmann. Antes que un desencuentro, la ejecución devino en uno rico diálogo de constantes juegos dinámicos, con un rubato bien utilizado –y esto, en los violinistas de repertorio no es fácil encontrar– y con un sentido cantabile que a menudo se le hurta a Brahms, siempre abocado a lecturas febriles.

¿Ha sonado alguna vez Louis Spohr en Sevilla? No lo sabemos, pero nos permitiremos dudar. Relegado a un lugar menor, es un gran olvidado, sepultado por las glorias de Haydn, Mozart y Beethoven. Ojalá la Sinfónica tocara alguna de sus múltiples Sinfonías. Bueno. Ayer, Feldmann y Tanja Becker-Bender abordaron el Dúo Concertante Op. 67 nº2, página de agradable melodismo y de llamativo virtuosismo, música menor, sí, pero que por su total ausencia de la vida melómana siempre es reconfortante. No diremos que Spohr es un raro, sí un extraviado. Bien por el Festival por recordárnoslo. Querremos más. El recital terminó con dos arreglos insustanciales de sendas Danzas húngaras de Brahms; que en la reducción para violín y piano adquieren casi tintes de acompañamiento humorístico de película muda. Pero está bien así, sobre todo porque fueron excelentemente tocados. Y no olviden que esto era un café concierto, o un matinée, como quieran. Un formato deliciosamente burgués y felizmente al alcance de todos.

Música

Feldmann / Palko / Becker-Bender

Hotel Alfonso XIII. 8 de septiembre. Programa: Sonata nº1 op. 78, Brahms. Dúo Concertante, op 67 nº2, Spohr. Danzas Húngaras Nº7 & 2, Brahms. Intérpretes: Tobias Feldmann, violín. Tanja Becker-Bender, violín. Benedicte Palko, piano.. 6º Festival Joaquín Turina.

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