El cine no sólo progresa porque avance la tecnología, los efectos visuales sean cada vez más sofisticados o se muestren sin pudor escenas de sexo hace años impensables. Como cualquier otro arte, lo hace porque alguien decide contar historias de manera diferente, utilizando recursos dramáticos innovadores o experimentando con la imagen y el sonido sin que ello suponga por fuerza el uso de medios técnicos innovadores. Se trata de lenguajes que provocan rechazo precisamente por su carácter diferente, por la falta de costumbre, como lo hace la música contemporánea que utiliza por efectos disonantes a menudo desagradables para oídos no curtidos, pero que con el tiempo se van asentando en nuestro sentido de la percepción ya sin molestar. Lo que hace el joven director islandés Hlynur Palmason en esta película es precisamente eso; el tiempo dirá si fue realmente innovador y tuvo la fuerza suficiente para abrir nuevos caminos narrativos. Afirmarlo ahora sería muy atrevido, pero no cabe duda de que esta historia mínima sobre dos hermanos que viven y trabajan en las condiciones más duras que les provee una mina-cantera en una zona tan fría y árida como la que se muestra en pantalla, echa mano de un lenguaje narrativo distinto, incluso estridente, como la música electroacústica que le acompaña. Y sin embargo nos acerca a su manera al día a día de dos jóvenes sin mucho horizonte, atrapados en sus chanchullos particulares, videos educativos diversos y una sola mujer a la que cortejar. Cine en cierto modo experimental, puede que incluso algo radical, imprescindible en la programación de un festival.

Winter Brothers ***

S. Oficial. Dinamarca 2017 100 min.

Dirección: Hlynur Palmason Intérpretes: Elliott Crossett Hove, Simon Sears, Michael Brostrup, Anders Hove, Victoria Carmen Sonne