Un mundo no tan ideal

Disney Concerts ha sabido conjugar esta fuerza arrolladora de la música en las películas de la casa para generar otro productivo espectáculo con el que seguir hinchando las arcas empresariales

04 mar 2018 / 12:09 h - Actualizado: 04 mar 2018 / 12:17 h.
"Música"
  • Un mundo no tan ideal

La noche del pasado sábado pudimos comprobar, por si no estuviera suficiente demostrado, el arraigo que tiene el universo Disney entre el público en general y muy especialmente entre los y las más pequeñas. Conocen todas las canciones, se saben los personajes y argumentos, y lo que es mejor conocen hasta detalles de cultura general que a su temprana edad difícilmente podrían haber aprendido de otra forma. Lo menos positivo es que Disney ha seguido a lo largo de todo este casi siglo de producción adoctrinando a ese público que ha crecido a su sombra y cobijo, asumiendo su evangelio como verdad absoluta e irrenunciable, sin percatarse del daño que la aparentemente ingenua productora ha hecho en temas tan delicados como la violencia de género o el absolutismo aristocrático. Pero al margen de estas consideraciones de carácter veladamente político, lo que no podemos discutir es la magnificencia de Disney en cuestiones artísticas y técnicas. Nadie como Walt Disney supo poner color y emoción a los cuentos populares, aunque los llevara a su terreno, con técnicas de animación siempre creativas, a la vanguardia, superándose con cada nuevo título y haciendo las delicias de un público entregado a su indiscutible autoridad en la materia. Algo idéntico pasa con la música que a lo largo de estos casi cien años ha ilustrado las historias de Disney, contando con compositores de primera categoría y en muchos casos trazando la línea que habrían de seguir otras disciplinas como el musical de Broadway.

Disney Concerts ha sabido conjugar esta fuerza arrolladora de la música en las películas de la casa para generar otro productivo espectáculo con el que seguir hinchando las arcas empresariales, y en España GRC Artists ha aceptado el reto de, con la experiencia acumulada en estos treinta años de musicales hechos en el país, poner en pie un espectáculo que ciertamente consigue transmitir la magia y la emoción de estas páginas que han hecho felices a millones de niños y niñas aún a costa de su salud mental. Excelente música sobre los atriles, inmejorablemente servida por la Sinfónica de Sevilla, que tras interpretar a Weill y Ellington en los últimos meses, revalida su fuerza y capacidad para afrontar estos repertorios ligeros y jazzísticos que entrañan una enorme dificultad para plantillas curtidas en los grandes clásicos. Lástima que el sonido amplificado no sea el mejor instrumento para apreciar las calidades de tan magnífica orquesta, esta vez además bajo la excelente batuta de Alfonso Casado, natural de Alcalá de Guadaira pero afincado en Londres, desde donde se encarga de la dirección de espectáculos de primera calidad como los que este año dedica a Gershwin, Bernstein (con Candide en versión concierto) o Lloyd Webber. Su experiencia y buen hacer marcó una interpretación perfectamente ajustada en estilo, vibrante y sensacional, y en abril volverá a dirigir a la formación hispalense en el tradicional Concierto de Feria. En forma de suites, la orquesta clavó como si estuviéramos viendo directamente las películas, sus bandas sonoras, a veces incluso superándolas. Piratas del Caribe de Hans Zimmer y Klaus Badelt, Frozen de Christophe Beck, El Rey León de Zimmer, o las aclamadas partituras de Alan Menken, que han marcado la historia de la factoría en los productivos años noventa del siglo pasado, sin olvidar una estupenda obertura en la que asomaron los clásicos como La canción del sur, Peter Pan, Mary Poppins, Alicia en el país de las maravillas o La Cenicienta.

También muy en estilo y haciendo alarde de una enorme profesionalidad, los solistas bordaron las canciones de Menken, destacando la actriz y cantante alemana Julia Möller, de rostro familiar para televidentes, que entonó unos Colores del viento de Pocahontas de poderosos agudos y una notable sensibilidad expresiva, o Paco Arrojo, descubierto en el programa La Voz, que junto a la voz dulce y perfectamente afinada de Judith Tobella, entonaron una preciosa recreación de Es la noche del amor de Elton John para El Rey León. Por su parte Diego Rodríguez, curtido en musicales como Los miserables, puso la nota marchosa y desenfadada con canciones como Bajo el mar de La sirenita o Un genio genial de Aladdin. La bella y la bestia, El jorobado de Notre Dame y Enredados completaron el tributo a Menken, mientras en conjunto e invitando a bailar a al público, ofrecieron una competente versión de Quiero ser como tú de los hermanos Sherman para El libro de la selva, así hasta llegar a la imprescindible Frozen, con las canciones del matrimonio López capitaneadas por ese ¡Suéltalo!, que no hay niño ni niña que no se sepa. Los chiquillos lo pasaron en grande sintiéndose protagonistas, y Anabel Alonso se hizo eco como estupenda, divertida y amable maestra de ceremonias, con continuos tics a su Dory de Buscando a Nemo, y una incuestionable capacidad para conectar con grandes y pequeños.

DISNEY IN CONCERT ***

Disney in Concert: Magical Music from the Movies. Anabel Alonso, maestra de ceremonias. Judith Tobella, Julia Möller, Paco Arrojo y Diego Rodríguez, cantantes solistas. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Alfonso Casado, dirección musical. Auditorio FIBES, sábado 3 de marzo de 2018