Vincular una institución como la Fundación Barenboim-Said con la música de creación es una idea que mucho ha tardado en cristalizar. Confiamos en que el concierto que los alumnos ofrecieron este miércoles en el Central, fruto de intensas jornadas de trabajo con el director especialista Fabian Panisello, no sea más que el comienzo de una práctica que se intensificará en sucesivos cursos académicos.
Y ya que Barenboim, en sus contadas presentaciónes en Sevilla con la Orquesta West-Eastern Divan hurta al público sevillano las obras contemporáneas que sí defiende en otros países europeos, muy bien recibido resulta pues este empeño.
El momento de mayor intensidad y logro técnico vino con la interpretación de Octandre (1923), de Edgar Varèse, un compositor inexplicablemente ausente de la vida musical oficial por la cerrazón de miras de sus gestores. Fue una ejecución agria, empastada, de fulminantes silencios, ejemplarmente expuesta y aprendida. Del mismo autor, Ionisation (1929) recibió una lectura más académica, con todo en su sitio y rítmicamente bien dicha, aunque seguramente algo falta de fulgor. Nos sorprendió la Invocación (1978), para percusión, del sevillano Manuel Castillo, prueba de lo mucho que queda por descubrir de este músico, que en esta partitura miró de frente a la modernidad.
La puntillista y vivísima Sinfonía op.21 de Anton Webern fue expuesta con claridad y acidez, aunque también con alguna entrada en falso y titubeante que deslució el conjunto. Melodien, de György Ligeti, fue dicha sin tensión, como con miedo. Y los Contornos de César Camarero (estreno absoluto) debieron trabajarse más. Hay margen de desarrollo en una partitura que puede dar –algo- más de sí.
MúsicaEnsembles Barenboim-Said***Teatro Central. 28 de febrero. Programa: Obras de Varèse, Ligeti, Camarero, Castillo y Webern. Intérpretes: Ensembles Barenboim-Said. Fabian Panisello, director. Ciclo Música(s) Contemporánea(s).