«Una ayuda de la Junta es peor que una hipoteca»

Astigitano nacido en 1976, es un músico de carrera y vocación que, además, ejerció la crítica flamenca. Era de los leñeros, dicho con respeto. Hoy tiene un sello discográfico, La Droguería Music, desde el que saca a nuevos valores del cante jondo, sin ayudas públicas, sólo con su esfuerzo y un ramito de locura

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
23 oct 2016 / 02:01 h - Actualizado: 22 oct 2016 / 09:13 h.
"Flamenco","La Gazapera"
  • Chemi López en su estudio localizado en Écija. / El Correo
    Chemi López en su estudio localizado en Écija. / El Correo

¿Cómo recuerda su infancia en Écija, en relación con el flamenco?

–El primer recuerdo flamenco que tengo es el de Salvador Gutiérrez tocando la guitarra en la puerta de la Peña Flamenca, que estaba justo al lado de la Peña Pepe Luis Vargas, de la que mi padre era socio. En los ochenta pasaron por allí los mejores, pero yo era muy pequeño y me encandilaba más el mundo del toro.

–¿Su familia es una familia flamenca?

–Qué va. En mi familia había un músico que era mi abuelo Manuel Gutiérrez. Se libró de estar en el frente en el 38 por saber solfeo y tocar el violín, entre otros muchos instrumentos. Un día, uno de los mandos, en Teruel, le propuso montar una orquestina con dos soldados más para entretener a la tropa y por eso se libró de estar en los antiaéreos. Quizá por eso estoy yo aquí. Dedicó su vida a la tocar en orquestas y bandas. Además removió cielo y tierra hasta conseguir que pusieran el Conservatorio de Música en Écija.

–¿No cree que es algo heroico montar un sello discográfico dedicado a nuevos valores del cante, en plena crisis y sin ayudas públicas?

–Después de dirigir la jefatura de redacción de La Flamenca, en la que también hice de crítico feroz, estuve desde 2007 a 2012 de guitarrista con Chico Ocaña y solo hice cosas para Sevilla Flamenca. Pero en medio me propuse montar mi estudio para grabar cante. Con el tiempo los artistas me pedían que les gestionara las fabricaciones y después que llevara sus agendas y recitales. Una cosa trajo a la otra, vamos. La crisis, sin apoyo además, ha sido muy dura. Pero una ayuda de la Junta de Andalucía es peor que una hipoteca: te vuelves loco para conseguirla y a la larga no te soluciona absolutamente nada, además de dejarte indefenso en el conocimiento del negocio.

–Háblenos un poco de su catálogo.

–Desde un principio me propuse grabar a gente joven. Los que estamos empezando siempre tenemos una ilusión y una luz que no tienen los que vienen de vuelta. En contra tenemos la inexperiencia y el desconocimiento, pero los mayores vivieron una época en la que se pagaban unos lujos por grabar que yo no podía ofrecer. Entonces aparecieron gente como El Nene, El Canario, Paco Peña, Pedro Cintas, La Yiya... Unos pagaban sus grabaciones y a otros comencé a financiarlos yo. Una manera de aprender el oficio. Si se fija, yo no tengo artistas de relumbrón, con lo cual se multiplican las dificultades.

–¿Cómo promociona sus productos? ¿Cuenta con el apoyo de los medios de comunicación o es de los que se ponen a vender cedés en los conciertos?

–Mi sello se llama La Droguería Music, porque mi familia se dedica a vender droguería y perfumería desde los años 30. He visto desde pequeño cómo funciona un negocio y cómo se publicitan las cosas. Y cómo se vende y cómo no. Mi padre es un auténtico genio es eso, sin haber estudiado marketing ni publicidad. Precisamente el disco de cante flamenco donde menos salida tiene es en una estantería del Corte Inglés. Allí venden Poveda, Mercé y Camarón. Pero La Yiya y Manuel Cástulo, no.

–¿Sacar un sueldo es ya suficiente o aspira a algo más? ¿Se puede vivir de grabar discos de flamenco o esto ya no es un buen negocio?

–Mientras se consuma flamenco, habrá que grabar. Otra cosa es el soporte. Hace veinte años decían que el CD estaba muerto, pero ahí sigue, por mucho que algunos se empeñen en matarlo. Es debido a que los sistemas digitales como Spotify o iTunes no dejan ni para pipas y no terminan de establecerse. El problema en el flamenco no es la crisis. Nosotros vendemos todos nuestros discos a 10 euros que, si haces las cuentas, es un precio mísero. Pero el aficionado lo quiere gratis, porque se ha acostumbrado a la barra libre. Y así es imposible hacerse millonario.

–Dígame tres nombres que, según usted, pueden dar la campanada un día de estos.

–Para mí el cantaor más cualificado de hoy es Jesús Méndez. Te diría que a mucha distancia del resto. Además no tiene techo. Solo tiene que seguir como va y no perderse con tonterías. El resto de las figuras jóvenes o no lo tienen tan claro, o han agotado su propuesta. Ahora bien, le voy a decir varios muy jóvenes, casi desconocidos por la gran mayoría, que si no pierden comba se oirá hablar de ellos muy pronto: Fernando Canela, Antonio el Genial, Moisés Vargas, Juanfran Carrasco y Manuel Agujetas hijo.