Una denuncia dirigida y condicionada

El multipremiado debut en la dirección de largometrajes de la turca Deniz Gamze Ergüven es el clásico ejemplo de producto diseñado y orientado para levantar indignación más allá de la denuncia, abrazando incluso la ambición comercial. A pesar de ello no es cuestión de quitarle méritos y no saber reconocer la valentía de una mujer que lucha con esta especie de vírgenes suicidas por los derechos y las libertades de un amplio sector de la población femenina de su país. Cinco jóvenes, por supuesto gráciles y bellísimas, para calar más hondo, disfrutan de sus vacaciones estivales con total y desinhibido desparpajo, para ir paulatinamente sufriendo la rigidez educativa de su familia, especialmente de las propias mujeres, impulsada por la castrante tradición moral y religiosa. Los consabidos matrimonios concertados, hábitos y prohibiciones varias irán malogrando unas vacaciones que se antojan demasiado largas para tanta acumulación de acontecimientos. Deniz Gamze Ergüven demuestra pericia para rodar, ingenio para indignar y gusto para dosificar elementos, pero la intención se huele tan de lejos que apesta, por lo que algo más de sutileza y originalidad le hubiera beneficiado considerablemente. La banda sonora de prestigio la firma Warren Ellis, habitual colaborador de Nick Cave.