Una soberbia actuación

CRÍTICA de la obra Clausura del Amor, en el Teatro Central de Sevilla

28 nov 2015 / 14:57 h - Actualizado: 28 nov 2015 / 14:57 h.
"Teatro","Críticas"

La palabra como arma. Es lo que plantea esta obra, un drama con tintes psicológicos que gira en torno a una ruptura amorosa que brilla, sobre todo, por la soberbia interpretación de Barbara Lennie, aunque Israel Elejalde no se queda atrás.

La obra está divida en dos partes claramente diferenciadas, dos monólogos de casi una hora de duración que mantiene a los dos intérpretes en escena durante toda la función. Así, de entrada Barbara Lennie nos sorprende, casi de espaldas al espectador, sin decir ni una sola palabra, mientras el personaje de Israel Elejalde suelta un discurso intelectualoide que busca justificar lo injustificable con palabras huecas, entre las que se cuelan algunas que son auténticos dardos envenenados. Escuchándole nos parece estar asistiendo a una película de Woody Allen, aunque sin humor, o a un film de Ingmar Bergman, pero sin su hondura psicológica. Tal vez por ello Elejalde imprime una fuerte carga dramática a su personaje desde el principio, marcando un tono casi imposible de sostener. Pero él lo mantiene gracias a un magistral uso de los silencios y una expresión corporal tan contenida como expresiva que colma de carnalidad la escena. Una carnalidad que Barbara Lennie, más que con el cuerpo, despliega con la voz y la mirada. Sus palabras, dichas con todo lujo de matices, cargan la obra de humanidad. De ellas se desprenden toda la pasión, toda la rabia, la ternura, la complicidad y la entrega que un amor puede llegar a albergar. Y curiosamente, más que llevarnos a un terreno de abstracción emocional nos sitúa en un contexto real, casi cotidiano, que nos resulta gratificante. Cuántos de nosotros en esa misma situación nos hemos quedado con las ganas de decir todo lo que ella es capaz de expresar.

El relato deriva así hacia un tratamiento naturalista, pero la dramaturgia salpica la historia con un arriesgado juego meta teatral. La transición entre los dos monólogos está marcada por la actuación de un coro de niños que sucede porque sí, aunque consigue su objetivo de liberar la tensión colmando la escena de frescura. Los personajes son actores y tienen los mismos nombres que los intérpretes; la escenografía se limita a marcar un cuadrado blanco, dejando la escena vacía de elementos; la iluminación incide en la blancura con una luz brillante que se expande hasta el patio de butacas, que permanece a media luz, y el movimiento actoral describe un hermoso juego geométrico que juega con las diagonales marcando una clara distancia entre los personajes, que sólo se acercan cuando las palabras son más incisivas, elevando así el tono dramático con una encomiable contención corporal que nos deja sin aliento.


Clausura del amor
(****)

Lugar: Teatro Central, 27 de noviembre. Producción: Buxman Producciones y Kamikaze Producciones. Dramaturgia y dirección: Pascal Rambert. Traducción y adaptación: Coto Adánez. Interpretación: Bárbara Lennie, Israel Elejalde. Coro: C.I.E.P. Huerta de Santa Marina