La periodista rusa Anna Politkovskaya fue calificada por el gobierno ruso como “no reeducable”. Nadie pudo callar su voz a la hora de denunciar los horrores provocados por uno y otro bando en el conflicto entre Rusia y Chechenia. Podemos constatarlo con esta obra, escrita por Stefano Massini un año después de su asesinato.
La obra arranca con ella dirigiéndose directamente al público para contar, con un tono bastante neutral, una serie de datos históricos sobre Chechenia y Rusia que nos enseña la relación entre ambos, un conflicto que dará lugar a los tremendos horrores que ella se atrevió a denunciar. Se trata, sin duda, de un preámbulo necesario para situar la historia, pero es tan narrativo que, por momentos, parece que nos encontramos más ante una conferencia que ante un relato dramático. Por fortuna, en un momento determinado la narración cambia la tercera persona por la primera y el monólogo se reviste de teatralidad.
La puesta en escena gira en torno al texto y su interpretación. Pero se trata de un relato con una fuerte impronta narrativa que plantea muy pocas acciones. En ese sentido cabe destacar la dirección de Lluis Pasqual que imprime un ritmo fluido combinando con maestría el monólogo con algunos fragmentos audiovisuales que introducen en escena a un soldado mercenario y un alto mando del ejército que fueron entrevistados por Politkovskaya. Curiosamente la actriz se queda mirando de frente al espectador mientras dialoga con sus entrevistados. De esa manera, a pesar de lo espeluznante de las declaraciones, Pasqual consigue que el personaje mantenga una cierta distancia emocional que evita que el espectador acabe saturándose de tanto horror y tanta desgracia junta. Claro que para ello cuenta con la genialidad de Miriam Iscla, un animal de teatro que nos brinda una actuación sumamente contenida aunque no por ello menos emotiva.
Obra: Mujer no reeducable***
Lugar: Teatro Central, 20 de octubre
Compañía: Teatre Lliure
Autor: Stefano Massini
Director: Lluis Pascual
Interpretación: Miriam Iscla