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Imagen de la interpretación de ‘La Dama Duende’.
Una comedia de capa y espada que reivindica la figura de la mujer mientras parodia algunos otros valores predominantes en la cultura barroca, como el honor y la valentía. Es lo que propuso Calderón de la Barca con ‘La Dama Duende’ en su época, y es justo lo que resalta esta nueva versión de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Sin duda, Calderón consiguió provocar al público y los estamentos de poder con esta obra. Reírse nada más y nada menos que del honor y la valentía masculina con un verso cargado de fina ironía. Pero por desgracia, a estas alturas esos valores están tan denostados, que reírse de ellos no resulta nada transgresor. No obstante, al igual que con sus otras obras Calderón nos brinda un enredo muy bien construido, unos personajes complejos y un verso impecable que, además de parodiar, refleja su obsesión por los límites de la realidad y la ficción, así como su denuncia de la hipocresía de la sociedad de su época. Por desgracia, todo ello no acaba de brillar en esta nueva versión de Álvaro Tato.
La puesta en escena de Helena Pimenta reproduce un espacio escénico tan sugerente como espectacular. Para ello cuenta con una excelente producción. Los intérpretes se mueven con auténtico dominio por la escena con un ritmo casi vertiginoso tal vez demasiado porque su forma de decir el verso es tan precipitada, que cuesta trabajo entenderles. Y a pesar de ello la duración resulta excesiva.
Ficha de la obra:
Lugar: Teatro Lope de Vega, 10 de mayo
Obra: La dama duende
Compañía: Compañía Nacional de Teatro Clásico
Autor: Pedro Calderón de la Barca
Versión: Álvaro Tato
Dirección: Helena Pimenta
Coreografía: Nuria Castejón
Adaptación musical: Ignacio García
Interpretación: Rafa Castejón, Álvaro de Juan, Marta Poveda, David Boceta, Paco Rojas, Joaquín Notario, Nuria Gallardo, Cecilia Solaguren y Rosa Zaragoza.
Título de la crítica:
Calificación: Tres estrellas