Cada vez que han recalado en nuestra ciudad nos han dejado un inmejorable sabor de boca, hace seis años junto a las coreografías del cordobés Antonio Ruz y la música de Lobo, Gesualdo y Desprez, y un año después con el espectáculo multicultural La alegoría del deseo, junto al conjunto belga Zefiro Torna y la cantante tunecina Ghalia Benali, siempre adaptándose como un guante a cada particular propuesta estética. Esta vez Vocalconsort Berlin lo ha hecho con un programa más a su medida, sumergiéndose en el barroco de tintes más poéticos y piadosos, abordando una de las páginas más sobrias e insignes del catálogo del compositor y organista alemán Dietrich Buxtehude, y coronándolo con una cantata primeriza de Bach, en cierto modo entroncada con el universo del autor de Membra Jesu Nostri.

Este oratorio, considerado como el primero de la historia de carácter luterano, constituye un prodigio matemático de estructura precisa y muy meditada, dividido en siete partes correspondientes a siete miembros del cuerpo de Cristo fustigados por el tormento en la cruz y objeto de unas páginas tan conmovedoras como poseedoras de una electrizante belleza melódica y armónica. Combinando textos bíblicos en las partes corales o conciertos con fragmentos del poemario espiritual Salve Mundi Salutare o Rhythmica Oratio de Arnulf de Louvain, el coro tiene aquí posibilidades para lucir tanto en conjunto como por separado en las arias para solistas, que nos permitieron disfrutar con las encantadores voces solistas de la contralto Anne Bierwirth, cuya voz sedosa y bien articulada transmitió delicadeza y piedad en piezas como el aria dedicada a las rodillas, o el bajo Jakob Ahles, quien más tiempo permaneció como solista llevando las riendas en piezas como el bellísimo Ave, verum templum Dei correspondiente al pecho, y la soprano Amrei Beuerle entonando con decisión y aplomo el Clavus pedum en la primera de las cantatas que integran este singular oratorio. También el tenor Stephan Gähler y la soprano Kathleen Danke hicieron gala de una notable precisión y una refinada articulación, aunque algo por debajo de sus colegas solistas.

En la parte instrumental brilló el continuo de Elina Albach al órgano, con notable acompañamiento de laúd y violonchelo y un elegante y así mismo piadoso trabajo de los violines, así como el brillante refuerzo de Johanna Rose y Ventura Rico a las violas en la sexta cantata, dedicada al corazón. Todo bajo la mirada atenta y detallista del director elegido para la ocasión, el reputado Ralf Sochaczewsky, quien logró exprimir toda la belleza de una partitura que así ofrecida cuenta con más licencia para convertir a los más escépticos que los consabidos, rancios y superficiales sermones eclesiásticos. Nach Dir, Herr, verlanget mich (Hacia Ti, Señor, me elevo), la que muchos consideran primera de las cantatas conservadas de Johann Sebastian Bach, en cierto modo relacionada con el universo de su admirado Buxtehude, con más parte coral de lo habitual y ausencia total de recitativos, completó la audición, evidenciando la capacidad del conjunto para adaptarse a una estética diferente, más solemne y trascendental, así como su particular disposición para dotar de sentido teatral a una propuesta tan estrictamente musical como ésta.

VOCALCONSORT BERLIN ****

Ciclo La Europa de Murillo. Vocalconsort Berlin. Ralph Sochaczewsky, director. Programa: Bach to Buxtehude. A Nordic Pilgrimage (Membra Jesu Nostri BuxWV 75, de Buxtehude; Cantata “Nach Dir, Herr, verlanget mich BWV 150, de J.S.Bach). Espacio Turina, viernes 11 de enero de 2019