Danza

XVIII edición de 'Cádiz en danza': la plaza «abarrotá»

Comienza la decimoctava edición de 'Cádiz en danza' con un rotundo apoyo de la ciudadanía gaditana, que abarrotó los escenarios del festival

11 jun 2019 / 09:22 h - Actualizado: 11 jun 2019 / 09:43 h.
"Danza"
  • Nuria Guiu en «Likes». Sala Central Lechera en Cádiz. Martes 11 de junio a las 21 horas. / El Correo
    Nuria Guiu en «Likes». Sala Central Lechera en Cádiz. Martes 11 de junio a las 21 horas. / El Correo

¿Cómo estaba la plaza? Así comenzaba uno de los sketches más populares del televisivo concurso, 123, que por desgracia estos días hemos recordado por el fallecimiento de su creador, Chico Ibáñez Serrador. El sketch en cuestión pertenecía al repertorio del dúo Sacapuntas y culminaba con una respuesta que se ha quedado grabada en nuestro imaginario colectivo: “La plaza estaba abarrotá”. Y así es como nos hemos encontrado los escenarios del 'Festival Internacional, Cádiz en danza', que este año cumple su mayoría de edad, algo a destacar, teniendo en cuenta la falta de ayudas y apoyos que recibe la danza contemporánea en nuestro país. Por fortuna, festivales como éste nos recuerdan que este género no es en absoluto impopular. Sólo hay que darlo a conocer y acercarlo al público, como viene haciendo este certamen desde hace 18 años.

Gracias a esa labor continuada se ha conseguido implicar a las nuevas generaciones. De ahí que desde hace algunos años el pistoletazo de salida lo protagonicen los alumnos del Centro de Danza 'El Garaje', quienes derrocharon ilusión, entrega y frescura con su obra 'Despejando nubes', que bailaron a los pies de la Catedral el pasado sábado. Tras su actuación el público se desplazó a Entrecatedrales, una singular plaza con el mar de fondo que parece estar hecha para realzar la hermosura de la danza. Allí pudimos disfrutar de la pieza 'Young Blood' de la compañía de Arnau Pérez (Madrid-Blanes), un joven coreógrafo que, a tenor del tratamiento de la composición y el eclecticismo de esta pieza, es toda una promesa de la danza. Al igual que la gaditana Ana Barroso, cuya compañía actuó en ese mismo escenario con la pieza 'Pink Fish', que emula a la natación sincronizada con objeto de ahondar en el rigor y la búsqueda de la perfección en una sociedad tan imperfecta como la nuestra.

Por la tarde el festival cambia los escenarios al aire libre por los espacios teatrales, como el Gran Teatro Falla. En su foyer tuvo lugar una memorable actuación del veterano bailarín y coreógrafo catalán Cesc Gelabert, quien antes de bailar salió al escenario para contarnos el origen de la pieza que nos iba a regalar: 'Solea', un solo que partió de una curiosa petición del bailaor de flamenco Israel Galván: la adaptación al lenguaje de la danza contemporánea de la ya clásica “Soleá del Gúito”. Y desde luego el bailaor sevillano sabía lo que hacía con su encargo. Sólo por ver esta soleá de Gelabert merecía la pena dedicarle el fin de semana al festival. Aunque no fue lo único que nos regaló esta figura de la danza contemporánea catalana. Al día siguiente, en el Teatro del Títere de la Tía Norica, Gelabert nos mostró de nuevo su maestría con 'Escrito en el aire', una suerte de danza-teatro en la que la expresión corporal se pone a disposición de los textos del escritor, pintor y director de escena francés Valère Novarina.

Antes de ese espectáculo, que cerró la jornada del domingo, asistimos el sábado a la actuación de Matarile Teatro (Galicia) y su espectáculo 'Los limones, la nieve y todo lo demás' donde, fiel al estilo de esta veterana compañía, la danza y el teatro se dan la mano para, con un lenguaje verbal revestido de ironía y una expresión corporal con un gran carga expresiva, reflexionar sobre el viaje a la fantasía que supone toda obra de arte. Esa misma noche en el Falla tuvo lugar la actuación de una compañía coreana de la que se desprende el auge de la danza contemporánea en Corea del Sur. Su espectáculo 'Let Me Change' se llevó una enérgica ovación del público, que se rindió ante la entrega y perfección técnica, tanto de los bailarines y bailarinas como de su coreógrafa, Eun-Me-Ahn, quien se lució con un baile sumamente contenido que desprendía sabiduría corporal y escénica.

Cabe destacar también la pieza del Nowhere Theater (Madrid), un curioso estudio del popular ballet de Thaikosvki “El lago de los cisnes”, así como el solo del bailarín aragonés Iván Benito, 'Galápago', que gira en torno a la lucha supervivencia con un baile preñado de retos e imágenes impactantes y sinuosas.

También supone todo un reto el trabajo de investigación de la compañía Taita Dans de Valencia, 'Canvas of Bodies'.

Tras ellos, procedente también de Valencia la Cia. Panichamp, nos brindó una deliciosa obra de danza infantil en el escenario de la Sala Central Lechera. Qué gusto ver a los más peques en todo momento expectantes y activos ante el diálogo de las proyecciones del maping, que no paraba de perfilar dibujos geométricos animados con los que los bailarines mantenían una peculiar interacción.

Como novedad, cabe destacar que este año el festival pone en marcha el programa “Solo ellas”, con propuestas de danza tan vanguardistas como diversas protagonizada en exclusiva por mujeres. Tendrá lugar a lo largo de esta semana en la Sala Central Lechera, y estará compuesto por figuras internacionales y nacionales, como las francesas Sandrine Maisonneuve y Leïla Ka y la húngara Rita Góbi, la catalana Nuria Giui, la sevillana Bárbara Sánchez, la gallega Ana Vallés, y la bailaora de flamenco de Jerez de la Frontera, Leonor Leal. Y esto no es todo. Durante toda esta semana Cádiz será una ciudad habitada por la danza contemporánea con una variada gama de propuestas, de calle y de sala, que culminarán el sábado 15 en el Gran Teatro Falla con un el espectacular 'Gran Bolero' del coreógrafo madrileño, Jesús Fubio Gamo.