Y habló la flor

El público sevillano acudió en masa a rendir pleitesía a Manuel Molina

15 jun 2018 / 20:37 h - Actualizado: 15 jun 2018 / 20:48 h.
  • Manuel Molina fallecido hace tres años, ha recibido un gran homenaje. / Antonio Acedo
    Manuel Molina fallecido hace tres años, ha recibido un gran homenaje. / Antonio Acedo

Cuando se cumplen tres años de su muerte, Alba Molina y Lole Montoya han querido rendir un sentido homenaje a Manuel Molina con un espectáculo que ha reunido a una más de veinte figuras del flamenco que, de alguna manera, tuvieron algún nexo con el artista que, aunque nacido en Ceuta, siempre se declaró trianero. Así lo dice una de sus letras que ayer brilló en la voz de Lole: «Mira si soy trianero/ que estando en la calle Sierpes/me considero extranjero».

Nada más llegar a los alrededores del recinto nos encontramos con una imagen insólita. Cientos y cientos de personas formando una interminable cola para tener acceso al recinto. Y una vez dentro, la segunda sorpresa, un escenario al aire libre sin sillas, salvo algunas en primera fila reservadas a las personas mayores, que más que para un recital flamenco parecía estar concebido para un concierto rockero. El personal no tardó mucho en arremolinarse en torno al escenario y era tal el aforo, que ocupaban todo el recinto, hasta incluso la zona de la barra. Era un anoche calurosa y en algunos momentos el ambiente se tornó un tanto asfixiante. Sin embargo en cuanto salió al escenario Alba Molina el público no dejó de aplaudir y mostrar su entrega incondicional. Se trataba de homenajear a un artista que revolucionó la música de los 70, y era andaluz, y trianero. Si alguien dudaba de la universalidad de su música y sus éxitos, esa noche tuvo que rendirse. El público allí reunido no era ni viejo ni joven, ni rockero ni flamenco. Era un público sumamente heterogéneo unido por su pasión por la música del poeta y guitarrista y aquel famoso dúo que formó con Lole Montoya, que afortunadamente, como demostró con creces, sigue estando en plenitud de facultades.

Pero antes de que ella nos regalara su voz, dulce y desgarrada a un tiempo, acompañados por Joselito Acedo, Angelita Montoya nos regaló una sentida soleá; Arcángel bordó unas alegrías repletas de melismas, además de homenajear al maestro cantando “Dime”, un tema para el que hay que tener una voz tan prodigiosa como la suya. O como la de El Pele, que fiel a su espíritu se peleó con el cante subiendo y bajando lo imposible, sorprendiendo al personal cantando a dúo con Lin Cortés una canción que enardeció al público más joven del recinto. Pero el recital todavía no había llegado a su ecuador. Faltaba la soleá de Chiquete, quien primero nos cantó uno de los temas que le dieron la fama; las bulerías de la Lole, y las de Diego Carrasco, que puso arriba al público con “Al Vuelo de tu capote”; y José Mercé, que nos brindó una soleá y unas bulerías con la guitarra de lujo de Diego del Morao. Tras ellos resonó en todo el espació la poderosa y joven voz de María Terremoto. Y cuando ya creíamos que la cosa iba camino del cierre salió a escenas toda la familia Montoya para darnos las gracias y la Lole volvió a entregarse a su cante hasta romperse con El Romero en Flor. Tras ella salió Estrella Morente y Alba no pudo resistir salir a escena a darle un abrazo, visiblemente emocionada. Y todavía, tal y como nos dijo Alba, faltaba por actuar Antonio Canales y Farruquito y.... Ya eran las dos de la mañana, y el público seguía allí, entregado, disfrutando de una velada de la que Manuel se sentiría más que satisfecho porque, al menos por una noche, calló el cardo y habló la flor.