Y la mujer se hizo carne

Las dependientas están agotadas pero se exigen a sí mismas un poco más, porque siempre se puede un poco más.

24 mar 2017 / 17:17 h - Actualizado: 24 mar 2017 / 17:19 h.
"Teatro"
  • Y la mujer se hizo carne

Las dependientas están agotadas pero se exigen a sí mismas un poco más, porque siempre se puede un poco más. Es el núcleo central de esta obra, una suerte de drama con tintes de teatro del absurdo que se dirige a criticar la situación de las mujeres en la sociedad occidental.

A estas alturas del siglo XXI podría parecer que las mujeres ya no se encuentran en un plano de desigualdad con respecto a los hombres. Pero los últimos estudios sobre la discriminación salarial entre hombres y mujeres reflejan todo lo contrario. Tal vez por ello Julio Léon Rocha define a los personajes como a cuatro dependientas de lencería, un género de ropa que simboliza con rotundidad la cosificación de la mujer en nuestra sociedad. Así, la dramaturgia apunta hacia un ejercicio de crítico tan interesante como conveniente. Pero pasa de lo absurdo a lo concreto sin solución de continuidad y el discurso se llena de lugares comunes y elementos evidentes. Algunas escenas, como el monólogo de las rebajas, incluso destilan un cierto tufillo machista.

Por otra parte la puesta en escena abusa de la reiteración de las acciones y el erotismo que se desprende de la imagen de las actrices en ropa interior, hasta el punto de proponer un desnudo de lo más gratuito. De esa manera, podría decirse que la obra cae justo en lo que critica. Por fortuna, Beatriz Arjona, Verónica Morales, Celia Vioque y Tatiana Sánchez Garland logran humanizar a sus personajes gracias a un trabajo de interpretación que destila maestría, frescura, entrega y complicidad.

Obra: Las Dependientas

Lugar: Sala La Fundición

Compañía: Teatro a Pelo / La Ejecutora

Dramaturgia: Julio Léon Rocha

Dirección: Fran Pérez Román

Interpretación: Beatriz Arjona, Verónica Morales, Celia Vioque y Tatiana Sánchez Garland

Calificación: **