Yuli: yo es que no quiero bailar

Al final queda la interesante y reveladora historia del chico negro en un mundo inhumano y racista

15 dic 2018 / 18:06 h - Actualizado: 15 dic 2018 / 18:08 h.
"Cine"
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Icíar Bollaín se bautiza en el cine ganando el premio del público en la Seminci con su primer largometraje Hola, estás sola (1995), una película fresca y estimulante sobre la amistad en la que compartían cartel unas adorables Candela Peña y Silke. En el año 2003 recibe todos los parabienes con Te doy mis ojos, uno de los retratos más estremecedores y esclarecedores vistos en la pantalla sobre el maltrato hacia la mujer. Este trabajo le reporta siete premios Goya además del reconocimiento de crítica y público.

La autobiografía del bailarín cubano Carlos Acosta, No mires atrás, llevaba desde el momento de su edición, en el año 2007, a la búsqueda de alguien que la convirtiese en libreto para el cine. Tras pasearse por varias productoras, tiene la suerte de caer en manos del reputado guionista Paul Laverty, referente y escritor de gran parte de las obras del realizador británico Ken Loach, que además de su adaptación propone que sea dirigido por su esposa Icíar Bollaín.

Filmada en tres tiempos, niñez, adolescencia y madurez, y en la que el propio Acosta tiene un papel protagonista, Yuli narra la vida del bailarín, allá en en el barrio de Los Pinos cuando era un chaval, sus aprendizajes y triunfos como joven en las principales ciudades europeas, y su vuelta ya de adulto a La Habana, para estrenar una función en la que narra su ajetreada e interesante vida. El montaje de la obra con Acosta como director le servirá a la realizadora como eje para articular esas tres interesantísimas etapas de su existencia, también para resaltar el conflicto con su padre y la estrecha relación con su tierra. Así la película va desdoblando y mezclando los ensayos y su odisea personal en un juego de espejos bien articulado y emotivo en gran parte de su metraje. Y aunque la propuesta marida bien, poesía y desdicha no siempre terminan de entenderse. Así, desventura y éxito no encuentran el equilibrio en el relato. Salvo este detalle, su escritura consigue que brote emoción en las llamativas y elocuentes escenas de danza, sobre todo por la pericia y el talento de la directora que las rueda con elegancia y sentido del ritmo y a las que ayuda la excelente composición musical de Alberto Iglesias.

Al final queda la interesante y reveladora historia del chico negro en un mundo inhumano y racista. Un señor que contra su voluntad es sometido a los deseos del ogro de su padre y al que por su talento y esfuerzo consigue ser la primera figura del Royal Ballet de Londres y el bailarín negro más famoso de Cuba.


Yuli ***

España, Reino Unido, Alemania 2018 115 min.

Dirección Icíar Bollaín Intérpretes Carlos Acosta, Santiago Alfonso, Keyvin Martínez, Edison Manuel Olvera, Laura de la Uz, Yerlin Pérez.

Drama.