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Ryan Donk, que hoy asumirá el rol de central, bromea con Rafa Navarro y Rubén Castro, ayer. / Manuel Gómez -
Con la ambición como presunta aliada y la necesidad como sombra inquietante en el escenario. El Real Betis de Víctor Sánchez del Amo afronta hoy un test de reveladora exigencia ante un Sporting que estrena entrenador y motivación. Los heliopolitanos, a 9 puntos del caos, anhelan un triunfo con el que pulsar la tecla del discurso de la escalada hacia tareas más atractivas que la de pelear en zona de nadie desde finales de enero. El técnico anfitrión ocultará sus planes hasta última hora, ya que no ofrecerá la lista definitiva de convocados hasta minutos de un compromiso que demanda una respuesta convincente en La Palmera.
Víctor Sánchez del Amo ha optado por el plan del despiste para ocultar sus planes ante la plaga de ausencias en la retaguardia, la zona que fortaleció desde su fichaje y que ante el Sporting proyectará una imagen de improvisación y emergencia en estado puro. El central argelino Aïssa Mandi, virtualmente eliminado de la Copa de África, y los lesionados Joaquín, Felipe Gutiérrez y Sanabria figuran en una lista de damnificados a la que podría sumarse a última hora el central José Carlos. El canterano, aquejado de molestias musculares, tratará de comparecer, aunque Víctor Sánchez ha anticipado que no asumirá riesgos innecesarios. Pezzella, que se ha ejercitado con reservas durante las sesiones intersemanales, deberá agotar plazos para formar de inicio ante el panorama desolador de la línea de cobertura. La única noticia positiva será el retorno de Bruno y Petros, habituales titulares y que se ausentaron del choque ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón por sanción.
El Sporting, aquella tropa de canteranos con Mareo como punto de unión que ascendió a Primera División en el Benito Villamarín, aterriza en La Palmera con la carga sentimental del riesgo de descomposición y el factor revitalizador de estrenar técnico. El catalán Joan Francesc Ferrer Sicilia, Rubi en el universo futbolístico, ha asumido los designios del cuadro asturiano tras la destitución de Abelardo Fernández, un icono en El Molinón. Los visitantes tratarán de alimentar sus esperanzas de permanencia con un triunfo balsámico en la huida del caos y el lamento. El preparador albirrojo ha emulado a Víctor Sánchez y ha completado la expedición con sus 23 discípulos disponibles. Sergio Álvarez, sancionado, y los lesionados Douglas Pereira y Jorge Meré no integraron el combo de elegidos.
Sin hipotéticas sorpresas, Víctor Sánchez apostará por Adán, un cerrojo con ADN propio, en la meta y por Donk, Bruno y Pezzella en la retaguardia. El holandés asumirá el rol de José Carlos. Piccini y Durmisi ejercerán en los laterales, mientras que Petros, Dani Ceballos y Jonas Martin serán titulares en un trivote que combinará sacrificio y talento. En ataque, el placentino Álex Alegría se atribuirá la responsabilidad de escoltar a Rubén Castro, el llanero solitario. Una formación con debilidades defensivas y la motivación de rebelarse a su caprichoso destino. Ante el Sporting, un rival que genera la simpatía de una afición que exige una respuesta convincente para iniciar la escalada.
Unos 150 sportinguistas en las gradas
Las excelentes relaciones entre las aficiones del Real Betis y el Sporting motivaron que la gesta del último ascenso del cuadro asturiano a Primera División en el Benito Villamarín fuese una auténtica fiesta. La hinchada albirroja se ha movilizado para teñir de color La Palmera y, según las previsiones, unos 150 aficionados asturianos acudirán al recinto de Heliópolis. Peñas de ambos grupos celebraron hoy una emotiva jornada de convivencia en Aracena (Huelva).