A ‘recuperar’ el Villamarín

El Betis disputará mañana el primer partido de la temporada en el coliseo verdiblanco, que presenta una imagen totalmente renovada. El reto es mejorar los números de las últimas dos campañas, en las que sólo ganó 11 partidos de los 38 que jugó

24 ago 2017 / 11:30 h - Actualizado: 24 ago 2017 / 11:37 h.
"Real Betis","Lorenzo Serra Ferrer","Quique Setién"
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Han pasado 102 días desde que el Betis jugara su último partido oficial en el Benito Villamarín. La espera ha sido larga, pero llegó a su fin. Faltan apenas unas horas para que la hinchada verdiblanca vuelva a pisar el coliseo bético con motivo de la visita del Celta, el primer rival que aparecerá por Heliópolis esta temporada.

Es tiempo de creer e ilusionarse con un curso plagado de retos en verdiblanco. El primero y principal es obligado: mejorar los resultados deportivos. Para ello es fundamental que Quique Setién recupere los números de antaño en el Benito Villamarín, donde el Betis sólo ha logrado 11 victorias en los últimos 38 partidos de la Liga que se han disputado. Hacer de su estadio un fortín es una de las grandes obsesiones para cualquier entrenador. En el caso de Setién no iba a ser menos. El técnico cántabro llegó al Villamarín con dos objetivos muy claros: mejorar el juego y los resultados del equipo, que en estos dos últimos años dejaron mucho que desear.

Durante el curso anterior, los verdiblancos sumaron 22 de los 57 puntos que hubo en juego como local. Un dato que le convierte en el quinto peor equipo de toda la Liga en su estadio con cinco victorias y siete empates. Unos guarismos muy parecidos a los que los verdiblancos cosecharon justo un año antes. En la temporada 2015-16, el Betis sumó 24 puntos como local tras seis victorias y seis empates en 19 partidos. De los últimos diez años, sólo en una ocasión consiguió hacer una fortaleza en el Benito Villamarín. Fue en la temporada 2012-13. Esa campaña, el Betis se ubicó en la octava posición de la clasificación por puntos como local. En concreto, sumó 32 puntos en casa, diez más, por ejemplo, que en el último campeonato. Curiosamente, aquella temporada acabó clasificado en la zona de la Europa League. Desde entonces, y estableciendo una clasificación por puntos como local en las tres temporadas siguientes en las que el Betis jugó en Primera, siempre estuvo a la cola. En la 2013-14 fue último con sólo 18 puntos en casa durante una temporada nefasta que acabó con el descenso del equipo a Segunda división. El año del regreso a la élite acabó como el tercer peor equipo como local. Ese año sólo lo hicieron peor en su feudo los tres equipos que descendieron, Sporting de Gijón, Granada y Osasuna, y el Leganés.

Pero la historia reciente del Real Betis extiende estos números a la última década. Al desastre de la 2013-14 hay que añadir también los números cosechados en la 2007-08 y 2008-09. En la primera de ellas, los verdiblancos obtuvieron datos muy cercanos a los del último curso con 25 puntos como local tras 19 partidos. En el siguiente se confirmó el descalabro con guarismos muy parecidos al ominoso descenso de los 25 puntos, añadiendo esa temporada 20 míseros puntos al casillero de partidos que disputó en su estadio.

La ilusión con la que el beticismo afronta esta temporada, el crecimiento en el número de abonos y una plantilla que poco o nada se parece a la que entrenaba Gustavo Poyet deben ser argumentos más que suficientes para que el Betis recupere el fortín que antaño fue el Benito Villamarín, que este año, además de haber cambiado su imagen corporativa, estrena nueva grada y cuenta con capacidad para 60.000 espectadores. Por apoyo de los suyos no será. A ver si esta vez tampoco falla el fútbol.