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Amat ve la roja directa mientras Laporte, a la derecha, se retuerce sobre la hierba / Manuel Gómez
Jordi Amat ha sido uno de los principales protagonistas del Betis-Athletic. El mediocentro ocasional cometió penalti sobre Laporte, al menos a juicio de Martínez Munuera, y además fue expulsado. Después del encuentro ha intentado transmitir su versión de los hechos por las redes sociales y su explicación, en esencia, consiste en que se desequilibró tras la caída del rival y levantó su pierna «sin intención de nada» porque dar una patada a un adversario en el suelo le parece una «cobardía total».
«Ha sido una jugada en la que el jugador del Athletic cae debajo de mis piernas. Yo me desequilibro con su pierna, pisándolo sin querer, y mientras caigo para atrás levanto mi pierna izquierda sin ninguna intención de nada», asegura Amat.
«Quiero decir también que nunca en la vida pegaría una patada a alguien en el suelo. Me parece un acto de cobardía total. Jamás en mi carrera he querido hacer daño a alguien», prosigue el defensor, que espera alegar por la tarjeta roja porque «ahí están las imágenes».
No ha acabado ahí Amat, que también ha hablado en la zona mixta del Villamarín y ha contado que después del envite habló con Martínez Munuera. «No lo entiendo. He hablado con el árbitro al acabar el partido porque quería transmitirle mi sensación y mi pensamiento. Creo que la acción es totalmente injusta, es una interpretación del árbitro totalmente errónea. Desde la televisión es difícil verlo y se puede ver un gesto feo, pero repito que para mí es un acto de cobardía pegar a un tío en el suelo. Nunca en la vida se me pasaría por la cabeza. Creo que es una acción en la que el árbitro interpreta una agresión. Es totalmente injusto y creo que nos ha perjudicado muchísimo», lamentó.
«El árbitro ha agradecido que fuera a hablar con él y me ha pedido perdón como diciendo que lo sentía por esa interpretación, pero que ahí en el campo ha visto eso. Yo le he dicho que he visto otra cosa», insistió. «Es difícil ser árbitro. Es una acción difícil pero, como bien ha dicho él, el único que sabe qué ha pasado en esa jugada soy yo. Vuelvo a repetir, para mí es un acto de cobardía pegar a un tío en el suelo y nunca en la vida se me pasaría por la cabeza. Creo que es algo totalmente de cobarde y menos en una acción de un córner en la que el jugador cae encima de mí, yo quiero apartarme y me desequilibra él con el pie», concluyó.