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El centrocampista galo del Real Betis, Jonas Martin, intenta evadir a un contrario durante el duelo copero ante el Dépor en el Villamarín. / Manuel Gómez
El Betis vive uno de los mercados de invierno más ajetreados que se recuerdan en Heliópolis. La incorporación del central es la prioridad en esta ventana de mercado. Sin embargo, Miguel Torrecilla sigue ojo a vizor ante ofertas que podrían cambiar la hoja de ruta marcada por el director deportivo para este mes de enero. Y es que ante la falta de recursos, la salida de jugadores se antoja necesaria para poder contar con algo más de presupuesto durante este periodo. La marcha de jugadores que no cuentan como Fabián, cedido al Elche, o Nahuel, que cuenta con varias ofertas, podría aportar algunos miles de euros a la partida de gastos del primer equipo que, a día de hoy, roza el límite marcado por la Liga para el fair play financiero.
Ante estas circunstancias, Torrecilla no vería con malos ojos la salida de futbolistas como Jonas, con el que el entrenador apenas ha contado y por el que se podría incluso recuperar la inversión realizada en verano –en torno a 2,5 millones de euros–, si definitivamente se confirma la ofensiva del Girondins de Burdeos por hacerse con el mediocentro francés, que también interesa al Niza, líder de la Ligue1 gala.
A todo ello hay que unir la llegada de Víctor y el cambio de sistema que, por si fuera poco, se ve agravada con la marcha de Mandi a la Copa de África. La inesperada finalización de cesión para Musonda también podría modificar los planes permitiendo incluso la llegada de un jugador que refuerce el ataque en las bandas. Además, en el Villamarín se ha encendido la luz de alerta ante el interés por jugadores como Petros o Adán, intransferibles a todas luces, pero por los que varios clubes ya han preguntado. En el caso del brasileño son varios los equipos de su país que se han interesado por su situación, aunque por el momento se no se ha traducido la consulta en oferta alguna.
Con respecto a la portería, la situación puede ser bien distinta. El rendimiento de Adán, así como la asequible cláusula de rescisión de 10 millones que figura en su contrato, le convierten en uno de los jugadores que mayor interés despierta en el vestuario verdiblanco. Por si fuera poco, su renovación continuará en stand by hasta la finalización del mercado, precisamente porque ésta podría incidir en el presupuesto destinado a fichajes y habrá que esperar a que termine este periodo para abordar definitivamente una negociación que se inició hace meses.
Un mercado, el de invierno, que sigue estando condicionado y en el que esta vez el Betis tendrá que hilar fino, pues para poder incorporar nuevos jugadores deberá desprenderse de aquello que no necesita o es netamente indispensable.