Betis-Athletic: el Villamarín también merece ser feliz

El Villamarín despide 2017 con un Betis-Athletic, un clásico entre los clásicos de la Liga. Antes de que algún aficionado ponga pegas a esa consideración de clásico basándose en que así llaman ahora a otro duelo, un dato: se trata de una confrontación que se ha repetido más de cien veces en la historia del campeonato. El caso es que acaba el año en La Palmera y los miles de béticos que vayan esta noche allí pensarán, con razón, que ellos también tienen derecho a disfrutar de la versión buena y victoriosa de su equipo. Reencontrarse con ella en Málaga estuvo bien, pero qué menos que volver a verla en casa, donde tanto sufrimiento y tantas decepciones han vivido desde hace demasiado tiempo. Y ese debe ser el objetivo del equipo que dirige Quique Setién: respetar la mejoría del lunes y afianzar su buena posición clasificatoria para así alcanzar 2018 y el inminente derbi en plenitud de condiciones, futbolísticas y extrafutbolísticas.

Que el Betis refrende en su estadio esta recién nacida etapa de crecimiento no sólo es el legítimo anhelo de sus seguidores en pos de una feliz Navidad. También es una necesidad. Los verdiblancos no han ganado en ninguna de sus cuatro últimas comparecencias en casa (empataron con el Getafe y el Girona y perdieron con el Cádiz y el Atlético) y recobrar la fortaleza en su otrora feudo es un requisito indispensable para progresar en la tabla. Además, como bien solicita su técnico cada dos por tres, hay que analizar todas las situaciones en perspectiva y el triunfo en la Costa del Sol es el único del Betis en siete jornadas. El Athletic lo lleva peor: viene de ganar al Levante en su último desplazamiento, pero es su única victoria en ocho jornadas y además viaja con dos bajas importantes: el portero Kepa y el lateral Balenziaga.

En las filas verdiblancas, la principal duda podría estribar en la capacidad de los titulares en Málaga para repetir el esfuerzo 96 horas más tarde, pero el liderazgo de Joaquín, por poner un ejemplo, es tal que resulta imposible imaginar un Betis sin él al frente y cualquier otra alternativa está condicionada por el elevado número de bajas (Guardado, Sanabria, Campbell) y el reducido número de profesionales disponibles, una rémora que se agravó ayer mismo con la recaída de Javi García, que por lo visto se precipitó al reaparecer en Málaga. Su espalda se lo ha cobrado, así que Setién reeditará a Amat como mediocentro. Y poco más. Aunque no fuese su deseo, el míster está casi obligado a repetir el once y ni siquiera pensará en el derbi, que se perderían Mandi, Feddal o el propio Amat si hoy viesen una tarjeta. La única novedad factible, aunque menos previsible tras confirmar la enorme evolución de Fabián y la buena actuación de Camarasa, sería ver en el once a Boudebouz, ya recuperado de la contusión en la rodilla que le fastidió el viaje a Málaga.