Betis-Celta: el nuevo Villamarín ansía un nuevo Betis

LA PREVIA. El proyecto que lidera Quique Setién se presenta ante su afición en un día histórico por el estreno del Gol Sur y del rediseño de todo el estadio. Camarasa se recuperó a tiempo y entrará en un once que puede tener muchas novedades

25 ago 2017 / 07:00 h - Actualizado: 25 ago 2017 / 14:51 h.
"Real Betis","Previa Real Betis","Quique Setién"
  • Tello, Tosca y Brasanac, entre otros, se entrenan ante Setién en la víspera del Betis-Celta / Jesús Barrera
    Tello, Tosca y Brasanac, entre otros, se entrenan ante Setién en la víspera del Betis-Celta / Jesús Barrera
  • Betis-Celta: el nuevo Villamarín ansía un nuevo Betis

El nuevo Betis de Quique Setién estrena esta noche el nuevo estadio Benito Villamarín. Y el nuevo Villamarín, en efecto, está deseando dar la bienvenida a un nuevo Betis. Un nuevo Betis que no tenga mucho que ver con el que cayó hace cinco días en el Camp Nou y nada que ver con el que tanto le ha hecho sufrir en los cinco últimos años. Es el deseo confesable y lógico de los miles de béticos que acudirán a inaugurar el modernizado campo de Heliópolis. El nuevo Villamarín espera ser algo más que uno de los estadios más bonitos de España, igual que los béticos de siempre esperan ser algo más que una de las mejores aficiones de España. Falta la pata más importante: que el Betis esté a la altura de su hinchada y, ahora también, de su casa y sea uno de los mejores equipos de España.

El día es histórico para el Betis por el estreno de una grada tan emblemática como el Gol Sur y de un proyecto que tantas expectativas ha generado como el de Setién y Lorenzo Serra Ferrer. Ahora bien, no es una fiesta, es un partido oficial. Eso incluye un adversario, el Celta, y una necesidad que además es común en los dos bandos, ya que ambos vienen de inaugurar el campeonato con una derrota: puntuar y, a ser posible, ganar. Sin ánimo de dramatizar ni llevar la presión más allá de lo razonable, para los verdiblancos es una obligación que no admite peros. Si a una pretemporada discreta tirando a mala y una pobre puesta en escena en Barcelona se les sumase un primer traspié casero ante una afición que ronda los 50.000 socios, el mensaje sería que la vida, después de ganar apenas once encuentros en casa en las dos últimas ligas, sigue igual. El bético está hartísimo de eso y Setién, como es natural, quiere trasladar un mensaje totalmente distinto.

El segundo once de este nuevo Betis, el primero en casa, vuelve a estar rodeado de incertidumbre. Camarasa ha superado su esguince de tobillo; Durmisi ha mejorado de unos «problemas musculares» que, según el entrenador, influenciaron su preparación veraniega; Tello también ha avanzado en su puesta a punto física; y Javi García ha acumulado otra semana completa de adaptación. En otras palabras, el conjunto de La Palmera tiene disponible a toda la plantilla salvo Boudebouz y puede tirar de varios futbolistas fichados para ser importantes que por hache o por be actuaron poco o nada ante el Barça. Si juega Javi García, por ejemplo, Guardado podría reubicarse en una posición más adelantada, lo que a su vez implicaría el sacrificio de Camarasa o Narváez. Y por mucho que el pasado no cuente, se antoja extraño que Nahuel sea titular en la primera cita en La Palmera después de lo ocurrido allí mismo no hace tanto.

Ponga a quien ponga, el objetivo de Setién es innegociable: imponerse a su adversario en la posesión del esférico y tratarlo con cariño, valentía y un claro espíritu ofensivo, incluso cuando le toque defenderse de un Celta que mantiene el gusto por el toque a pesar del relevo en el banquillo. «Algunos jugadores automáticamente se van atrás y tienen miedo de ir arriba, cuando es más fácil correr veinte metros hacia delante que ochenta metros hacia atrás», explicó ayer Setién.

El Celta de Juan Carlos Unzué sufre una ausencia importante, la del delantero Guidetti, lesionado. Pape Cheikh y Beauvue tampoco han viajado porque están tramitando su marcha. En cualquier caso, el plantel celeste conserva una muy buena plantilla y su gran estrella, Iago Aspas, disfruta del refuerzo que le presta Maxi Gómez, el primer pichichi de esta Liga.