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Antonio Adán se lamenta tras uno de los goles del Barcelona, mientras Suárez y Messi celebran. / Manuel Gómez
El Betis no pudo saltarse la ley que esta temporada está imponiendo de manera inexorable, inflexible, sin piedad, el Barcelona de Messi, Luis Suárez y compañía. Pocos han osado llevarle la contraria, aunque sólo fuese para obtener un punto, y el conjunto verdiblanco no será uno de ellos. Le aguantó casi una hora, es verdad, pero en treinta minutos encajó cinco goles. Cinco. Messi, que por momentos pareció que no estaba, acabó con un doblete, igual que Luis Suárez. El encuentro fue un paseo para ellos a partir del 0-1. Antes hubo cierta historia que contar. Después, ninguna.
Lo primero que puede decirse de un partido que tantas expectativas despertó es que el respeto entre los contendientes estuvo a la altura. Era previsible en el caso del Betis ante el líder invicto de la Liga, pero fue correspondido por parte azulgrana hacia un rival al que sabía peligroso si le daba el más mínimo espacio. En otras palabras, la presión aparentemente suicida, descabellada, de los verdiblancos, con siete u ocho jugadores dentro de la parcela azulgrana y la línea defensiva en el centro del campo cuando el balón estaba en los pies de Ter Stegen, fue replicada a su vez por el Barça con una zaga no tan adelantada pero casi. La consecuencia: hubo muchos tramos en los que el juego se desarrolló en no mucho más de veinte metros.
Ese fue el planteamiento inicial de un choque con menos alegrías ofensivas de las esperadas, aunque el Betis apuntó pronto hacia la meta adversaria, por ejemplo en un zurdazo de Guardado cerca del poste (3’), un peligroso pase de Joaquín a Sergio León que interceptó Piqué (6’) o un remate alto del portuense tras un centro de Durmisi (11’). Al dibujo, por cierto, hay que añadirle la posición de Javi García, a medio camino entre tercer central y lateral derecho encubierto para ayudar a Francis y desplazar a Joaquín al centro para enmarañar esa zona de circulación, clave para el Barça.
La atrevida fórmula del Betis exigía un importante desempeño físico que los futbolistas comenzaron a notar a partir del minuto 20. La posesión empezó entonces a inclinarse a favor de los visitantes, aunque el giro no se tradujo en una amenaza de envergadura para Adán. A esas alturas, Messi se lo estaba tomando con bastante calma, la verdad. La oportunidad más clara de los azulgranas fue para Sergi Roberto, que chutó alto después de que una combinación con Luis Suárez lo dejase en una posición muy favorable (25’). Antes, una internada de Jordi Alba había sido frenada por Adán, no sin suspense. Y después hubo un chut lejano e inofensivo de Rakitic (26’) y un remate más peligroso de Messi al lateral de la red tras una excelente arrancada de Sergi Roberto, aunque el pase fue de Luis Suárez (31’).
El Betis, que estuvo casi media hora sin volver a inquietar a Ter Stegen, regresó del intermedio dispuesto a mantener el cara a cara con el líder, ahora con Mandi a veces de inexplicable mediocentro. Lo consiguió durante casi un cuarto de hora, a ratos retuvo la pelota y Fabián incluso amenazó la integridad de Ter Stegen con un fuerte zurdazo ajustado al palo. Dos minutos después, sin embargo, se acabó el encuentro. El centro del campo del Betis no midió bien la presión, Mandi llegó tarde a Luis Suárez y nadie tapó el agujero por el que se colaba Rakitic, que recibió la asistencia del uruguayo, se plantó solo ante Adán y superarlo con la izquierda.
El 0-1 descolocó por completo al Betis. Antes de que pudiese reorganizarse, Fabián cometió una inoportuna pérdida, Feddal no tuvo tiempo de tirar el fuera de juego y Messi no falló ante Adán. Demasiada desventaja, demasiados nervios y demasiadas imprecisiones ante un enemigo que no perdona la más mínima. La prueba es que en once minutos marcó tres tantos. El tercero, de Luis Suárez tras otra jugada organizada por Messi con una asistencia de Rakitic al corazón del área que nadie supo o pudo despejar, empezando por Javi García, mal en la marca del charrúa. Faltaban veinte minutos y el encuentro apuntaba a suplicio verdiblanco. Entraron Rubén Castro y Boudebouz, pero no había manera humana de sobreponerse a tanto varapalo. Y a tanto error.
A un cuarto de hora del final, Feddal se volvió loco y alimentó un ataque fulminante de Messi, que hizo lo que quiso hasta hallar una situación propicia y dar su clásico pase a la red. Huelga decir que el Betis, a esas alturas, era un alma en pena y la exposición a una goleada indecente, inesperada, era enorme. Por suerte (por llamarlo de algún modo) para sus intereses, el árbitro no quiso señalar un claro agarrón a Messi dentro del área. Aun así, el hambre del líder todavía le dio para marcar el quinto y hacer más amarga una noche que sólo media hora antes no parecía abonada a semejante desgracia.
FICHA TÉCNICA
REAL BETIS: Adán; Francis, Javi García (Boudebouz, m. 77), Mandi, Feddal, Durmisi; Joaquín, Fabián (Camarasa, m. 88), Guardado, Tello; y Sergio León (Rubén Castro, m. 72).
FC BARCELONA: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Vermaelen (Umtiti, m. 43), Jordi Alba; Sergi Roberto, Rakitic, Busquets (Deulofeu, m. 80), André Gomes (Paulinho, m. 65); Messi y Luis Suárez.
Goles: 0-1, m. 58: Rakitic. 0-2, m. 64: Messi. 0-3, m. 69: Luis Suárez. 0-4, m. 79: Messi. 0-5, m. 89: Luis Suárez.
Árbitro: Jaime Latre (Comité Aragonés). Amonestó a André Gomes (21’), Durmisi (50’), Feddal (67’) y Luis Suárez (67’).
Incidencias: partido de la 20ª jornada de Liga, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 53.426 espectadores.