El Betis dobla su apuesta

A la cabeza de las incorporaciones en lo que llevamos de este mercado veraniego en el fútbol español, varias cuestiones hacen del proyecto bético el más ambicioso que se afronta en el Benito Villamarín desde la temporada 2008/09. La primera y principal obedece a una cuestión meramente económica. Y es que el Betis podría incluso doblar el presupuesto destinado a fichajes durante la última campaña, cuando se gastó una cantidad cercana a los diez millones de euros. Esta vez, y en función de varios condicionantes, esa cifra podría multiplicarse por dos llegando incluso a sobrepasar los 20 millones. ¿De qué depende? Principalmente de dos cuestiones. La primera, el importe destinado a la contratación de un delantero; y en segunda instancia, la más que probable venta de Alfred Ndiaye al Villarreal y que en el seno de la entidad esperan cerrar en breve por una cantidad que se acercaría a la ingresada en su día por Beñat Etxebarría, (por aquel entonces, en torno a ocho millones de euros por su traspaso al Athletic Club de Bilbao). Fue la última gran venta de los verdiblancos en esta década.

La contratación del atacante será el otro gran condicionante que marcará sobremanera el gasto para este mercado. El gol suele ser lo más caro y por ende, la posición a la que Torrecilla tendrá que destinar parte importante de ese presupuesto que el consejo de administración ha puesto en sus manos. A priori, y después de sondear varias opciones, desde el club entienden que el importe reservado para la compra del delantero podría rondar los cuatro millones siempre y cuando pudiera complementarse con alguna otra opción más económica para reforzar una delantera que, a día de hoy, cuenta con Rubén castro y Álex Alegría. En definitiva, pagar por un ariete lo anteriormente citado y buscar la opción de una cesión con opción de compra, como ha ocurrido con Nahuel.

La forma de pago en esa operación, la de mayor inversión, también es otro condicionante importante a la hora de cuantificar el gasto. De ello depende la contratación de otros jugadores para las posiciones que aún quedarán por reforzar, principalmente la de central y lateral diestro. Precisamente en esa posición el Betis sigue interesado en Martín Montoya, opción que no descarta pero que ve bastante lejana, sobre todo en los parámetros en los que llegó en enero, ya que ahora no pagaría lo que entonces por este jugador que sigue a expensas de los verdiblancos y que, además, ya declaró públicamente su intención de continuar en Sevilla si su club, el Barça, se lo permitía.

Pero estos no son los únicos parámetros que hacen variar el presupuesto. El leve incremento en los abonos, los ingresos por derechos televisivos o la liberación económica que implica la marcha de algunos jugadores que no cuentan para Poyet también determinarán un presupuesto de gasto que, eso sí, ya supera al dispuesto por Eduardo Maciá hace ahora un año. Conviene no olvidar que este es el primer mercado en el que el Betis afronta sus incorporaciones fuera del concurso de acreedores. Todo suma y en esa cuenta de resultados se fija ahora el consejo de admisnistración. Quieren, como no podía ser de otra forma, destinar el máximo posible al proyecto deportivo.

Aun así, un gasto superior no siempre fue sinónimo de éxito. De hecho, en la temporada 2008/09, última ocasión en la que desde Heliópolis se gastó una cantidad superior a los diez millones (en este caso cercana a los 30) el equipo descendió de categoría.