«El Betis no puede ser el equipo de la pena y la lástima»

Castaño califica al actual equipo directivo como «indefendible» y «funerario»

22 jun 2017 / 13:08 h - Actualizado: 22 jun 2017 / 17:44 h.
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  • Castaño, este jueves en los juzgados de Sevilla. / M. Gómez
    Castaño, este jueves en los juzgados de Sevilla. / M. Gómez

Manuel Castaño también se ha referido este jueves a la junta de accionistas del próximo día 29. Pendiente de reunirse con Rafael Salas, cosa que hará entre esta tarde y mañana, el exconsejero del Betis quiere escuchar su proyecto, los directivos que entrarían y los fichajes que piensa realizar el candidato antes de decidir el sentido de su voto, pero tiene claro que el actual Betis «es indefendible» y «hay muchas cosas que corregir. El Betis no puede ser el equipo de la pena y la lástima».

Castaño reconoció que «he quedado con el señor Salas para entrevistarme con él, será esta tarde o mañana. Supongo que su idea es exponerse su proyecto y yo lo voy a escuchar con muchísima atención, igual que escuché en su día a los señores Haro y Catalán, y yo lo consultaré con mi familia y decidiremos qué vamos a hacer. Los proyectos son una cosa y la práctica, otra. Excluyendo cualquier connotación de Lopera, Salas o quien sea, esto es indefendible para un bético. Utilizar 73 millones de euros de presupuesto, tres entrenadores, caer en la primera eliminatoria de la Copa del Rey y quedar el 15º, a 33 puntos del Sevilla, y con el baloncesto en segunda división... Esto es indefendible. Ahora, el Betis está en manos de los béticos, que tienen la posibilidad de votar lo que crean conveniente. Si en la próxima junta nos ofrecen un proyecto nuevo e ilusionante, un proyecto de un equipo competitivo que hasta ahora no se ha conseguido, el bético podrá creer o no creer. Hasta ahora, desde 2010 a aquí, los consejos judiciales y de las plataformas han aportado muy poco al Betis en lo deportivo. De 80 fichajes sólo han funcionado tres: Adán, N’Diaye y Durmisi».

El abogado ha reiterado que no piensa solicitar ningún cargo a Salas a cambio de sus acciones, aproximadamente un 5% del capital social del Betis. «Yo no le voy a pedir absolutamente nada al señor Salas. Soy un bético de a pie, ahora un accionista de referencia, y votaré lo que crea que es mejor para el Betis. No voy a dar mis acciones a cambio de algo», ha afirmado. Dos nombres propios, uno por bando. Por un lado, Lorenzo Serra Ferrer: «Como entrenador fue magnífico y sacó un rendimiento extraordinario a la plantilla, pero en las labores administrativas no tuvo tanta suerte. Pero como entrenador no puedo ponerle ninguna pega, me ha dado las mayores alegrías como bético». Por otro, Miguel Valenzuela: «Me parece un bético extraordinario y un trabajador infatigable. Ganó tres trofeos con los juveniles cuando el Betis en toda su historia sólo había ganado dos y ha sacado muchísimos jugadores. Ese hombre nunca debió salir del Betis. Pero una candidatura no es una sola persona. Es el aspecto económico, sobre todo el del primer equipo, que da de comer a toda la entidad. Alfonso lo veo como una persona positiva, pero habría que conocer al resto del consejo, el resto de personas, los fichajes...».

«Veo que hay que corregir muchas cosas. Recientemente se ha presentado un ‘spot’ que me parece nefasto y denigrante. El Betis no debe ser el equipo de la pena y la lástima. Parecemos funerarios. Ahora que tenemos dinero, vamos a gastarnos bien el dinero y rodearnos de personas que sean béticas y hagan un Betis grande. ¿Para qué quiero el Madison Square Garden para que cante la Pantojita? Quiero un estadio de 60.000 espectadores para que haya un equipo a la altura, no para que vayamos 27.000 al campo y el equipo esté peleando del diez para abajo», ha reflexionado un Castaño que ha asegurado que, al margen de estas reuniones previas, piensa acudir sí o sí a la junta del 29-J. También ha hablado sobre el pacto, por ahora fallido, entre el Betis y Manuel Ruiz de Lopera. «Todo lo que sea unidad de todos los béticos es bueno para la entidad. Los béticos tenemos que unirnos, pero de verdad, no de palabra. Desde hace siete años oigo hablar de unidad pero no veo a nadie que dé un paso».