Aunque noventa minutos no son nada y menos en pretemporada. El nuevo curso del Betis ha comenzado con una tendencia que triunfó en el último tramo del pasado ejercicio y que dio unos resultados extraordinarios. Quique Setién ya apuntó en su primera rueda de prensa de la pasada semana la intención de mantener las bases de su ejercicio futbolístico: balón, posesión, y mucha presencia en el campo contrario. A partir de ahí, hay maneras y maneras de ponerlo en práctica. Y es evidente que el Betis de la primera vuelta fue una versión menos perfeccionada del de la segunda vuelta.
El equipo de las últimas jornadas mantuvo un equilibrio que se plasmó en una jugosa saca de puntos. Por lo visto en Algeciras ante el Nottingham Forest, la idea va por la misma senda. Más allá del debate si Setién cambió o no en su idea, lo cierto es que el equipo ha encontrado una manera de jugar que le da réditos. Ante el equipo inglés, el técnico cántabro dispuso una primera parte con defensa de cuatro y tres centrales en los segundo cuarenta y cinco minutos. Ese equilibrio se asoció, en buena parte, a la zaga de cinco hombres. Setién trata desde la pretemporada de que el equipo se sienta igual de seguro en el campo sea cual sea el dibujo que plantee sobre el césped. El factor sorpresa ya no juega a favor de los verdiblancos y en este curso tendra que buscar alternativas para no convertirse en un equipo previsible. Otra cuestión importante es la suma de nuevos jugadores a esta idea. Aparece la posibilidad de encontrar cobijo a Tello como carrilero izquierdo. Ya tuvo alguna oportunidad de jugar por la derecha en una defensa de cinco en la pasada temporada y Setién parece dispuesto a probarle y sacarle más partido que el año pasado