El Betis firmó uno de sus mejores encuentros de la temporada pero se marchó del Santiago Bernabéu con los bolsillos vacíos y una sensación amarga: si Mateu Lahoz hubiese expulsado a Keylor Navas en el minuto 21, las posibilidades de dar la campanada ante un Real Madrid muy irregular habrían sido grandes. Sin embargo, el colegiado valenciano volvió a acaparar el protagonismo con su enésima actuación para olvidar.
Si mal estuvo en esa acción del portero que pudo ser clave en el desarrollo del encuentro, su recital de errores no quedó ahí. La cuestión es: ¿por qué se permite que siga arbitrando en la élite del fútbol español con semejante cantidad de actuaciones de este calibre? Las quejas, más que en los medios de comunicación, hay que presentarlas donde hay que presentarlas: en los despachos, porque en ellos también se juegan partidos, incluso mucho más importantes que los que vemos sobre el césped.
Pero el beticismo no debe quedarse en la desastrosa actuación de Mateu. Su equipo dio la cara en un escenario muy difícil y, como mínimo, mereció empatar. Salvo acciones puntuales que terminaron costándoles goles, los hombres de Víctor mejoraron en defensa y tuvieron ocasiones para marcar más goles, algo que no deja de ser noticia en vista de muchas de sus actuaciones en la presente campaña.
Es el camino a seguir. Ni la indignación por el arbitraje ni el mal sabor de la derrota pueden servir para bajar los brazos. Todo lo contrario. Deben ser motivos para apretar aún más los dientes y dar alegrías a una afición que, sin duda, valorará el gran trabajo realizado por su equipo en el Bernabéu incluso cuando estaba en inferioridad numérica tras la expulsión de Piccini.
Que la imagen ofrecida ante el Real Madrid no sea flor de un día será el gran reto ahora. Osasuna, colista de Primera División, es su próximo rival y toda la atención debe estar puesta en cómo ganarle para poder dar una alegría al beticisimo. Y mientras el plantel prepara esa cita, los directivos tendrán que hacerse respetar en los despachos. No es algo nuevo esto, pero tampoco es bueno esperar a tener la suerte de que no te toquen arbitrajes de este nivel.