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Lopera, junto al abogado sevillano Manuel Castaño en una imagen de archivo.
La decisión del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla de bloquear el 31,38% del capital social en poder de Farusa origina un nuevo mapa en el Real Betis. Desde que el magistrado Javier Carretero dictó el auto que volatilizó la calma en Heliópolis, el futuro de la entidad depende de posibles pactos entre grupos que se han significado en la oposición. El escenario contempla que Manuel Ruiz de Lopera posee el 19,96% del capital válido para representar a una mayoría en la Junta General del próximo 23 de septiembre, el día en el que Manuel Castaño, en cuyo poder obra un 5% de los títulos accionariales, podría ser elegido presidente con el apoyo del paquete del empresario de El Fontanal.
El panorama es tan variable como los actores principales que surgen de forma repentina para adoptar un determinado rol en la película. El actual consejero José Miguel López Catalán reúne aproximadamente el 4% de las acciones. Béticos por el Villamarín, una de las plataformas más críticas con la era de Lopera, controla el 3,7%, PNB el 3,5% y el consejero Ángel Haro posee una cifra cercana al 1,5%, un dato que, según ha podido saber El Decano Deportivo, podría crecer en las próximas fechas. La Fundación Heliópolis dispone del 1%, cifra idéntica a la que gestiona la Peña Bética Rafael Gordillo. Así, el acuerdo entre los diferentes grupos que rechazaron la política de Lopera sería la única vía posible para evitar que una persona de su entorno asumiera los designios.
Así, y según ha podido saber El Decano Deportivo, un grupo de accionistas está promoviendo reunir los títulos de las diferentes plataformas de base para tratar de evitar el giro institucional, una propuesta que ya conocen en Béticos por el Villamarín. El portavoz de BXV, Emilio Soto, confesó ayer a este medio que varios minoritarios «se han puesto en contacto con nosotros para intentar aunar esfuerzos y a nosotros la idea nos parece fenomenal porque nace del corazón de los propios béticos», aseguró. El principal matiz del marco actual con las maniobras anteriores de las diferentes plataformas es que los acuerdos serían puntuales y se alcanzarían con el único propósito de evitar que el poder regresara a manos de personas afines a Lopera.
Precisamente, Por Nuestro Betis, que reúne entre el 3 y el 3,5%, una distorsión que se debe a la desindicación de acciones de afiliados que están vendiendo sus títulos en las últimas semanas, acepta el órdago, aunque con matices. «No vamos a apoyar a nadie que quiera repetir este Betis. Hay que cambiar de verdad y no sólo con palabras», admitió ayer Camilo Puerto, su presidente, a este medio.
Y Manuel Castaño se mostró exultante. «Hay que volver ya a la normalidad. Lo de antes era anormal. El Betis vuelve a manos de sus accionistas y de los béticos y eso es para felicitarse», indicó en una conversación telefónica con este periódico.