El curioso pasado de Loren

Debutó en el Montequinto, donde coincidió con el sevillista Sergio Rico

05 abr 2018 / 20:57 h - Actualizado: 06 abr 2018 / 15:54 h.
"Real Betis","Sergio Rico","Loren Morón"
  • A la izquierda, el bético Loren. A la derecha, el sevillista Sergio Rico.
    A la izquierda, el bético Loren. A la derecha, el sevillista Sergio Rico.

Uno de los hombres de moda en el Real Betis Balompié del cántabro Quique Setién es el canterano Lorenzo Jesús Morón García, Loren (Marbella, 30-12-1993). El ‘9’, que promocionó como integrante de pleno derecho del primer plantel en el pasado mercado invernal de fichajes, se ha consagrado como una de las alternativas más fiables para la vanguardia del bloque del Benito Villamarín después de haber facturado un total de cinco goles en los ocho encuentros de la Primera División en los que ha participado de forma especialmente activa. Su historia ha sido una carrera de fondo desde el fango de la Tercera División, una sucesión de peripecias que han contribuido a modelar la imagen de un guerrero nato.

Sin embargo, el aspecto más curioso de su hoja de ruta es su revelador y desconocido origen. Hijo del exjugador y entrenador Lorenzo Morón Vizcaíno, Loren, ahora inactivo después de su singladura en el Mérida AD, Loren hijo rellenó la maleta en infinidad de ocasiones para acompañar a su progenitor por España. En la temporada 2000-01, Loren padre recibió una propuesta del Sevilla FC para abandonar El Helmántico de Salamanca y aterrizar en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde ganó la Liga de Segunda y ascendió con honores de campeón a la Primera División. Aquel curso, su retoño, con apenas siete años, era un chaval rápido y sonriente que dibujaba diabluras en el albero. El idílico paisaje de impoluto y revolucionario césped de hoy día sólo era entonces un deseo que en Cataluña los modernos llamaban el corredor verde.

En aquel Sevilla FC de Joaquín Caparrós, Loren coincidió con Paco Leal, en ese momento entrenador de porteros del primer equipo de Nervión y con el que compartió vestuario en el Mérida. En la capital de Extremadura, donde ascendieron a la Primera División a las órdenes del mítico Sergio Kresic, forjaron una amistad que mantuvieron en Sevilla. Fue, por recomendación de Leal, cuando Loren decidió que su vástago jugara en el Montequinto. Allí, cuando era prebenjamín de segundo año, se enroló en una plantilla en la que coincidió con el hoy guardameta del Sevilla FC Sergio Rico. En aquel bloque de zagales inquietos y traviesos brillaban con luz propia Nacho Morillo, que luego fue canterano del propio Sevilla y hasta figuró en la agenda del adinerado Chelsea, Leal, hoy en el Alcalá, de la Tercera División, Cristian Tomás del Toro, en la actualidad en el Cabecense, de idéntica categoría nacional, y el propio Sergio Rico, con el que se cruzará en un nuevo derbi el fin de semana del próximo 13 de mayo.

Chesco fue su entrenador

Curiosamente, el tándem técnico estuvo formado por Francisco Javier Pérez Garramiola, Chesco, hoy en la cantera del Sevilla FC –dirige al Altair de la División de Honor cadete– y en aquel tiempo jugador de la extinguida UD Los Palacios, y el carismático José Manuel Cano, Canito, un emblema de la cantera de la popular barriada de Dos Hermanas. Loren, cuyos inicios permanecen reflejados en un valioso cuadro que decora una de las paredes de la cantina del modesto Montequinto, ejerció aquel año de killer e, incluso, el Sevilla FC reclamó su presencia para varios entrenamientos.

Pero a final de la temporada su padre, que ascendió con el Sevilla a la categoría de oro del fútbol patrio como campeón, abandonó el Sánchez-Pizjuán para comprometerse con el RC Recreativo de Huelva, una ciudad en la que Loren continuó creciendo como un ariete rápido y talentoso hasta aterrizar en el CD 2001 de la capital colombina, un club que entonces focalizaba básicamente su formación en un aprendizaje integral de los guardametas. El popular Peña Los Compadres, el Vázquez Cultural, el Estepona y el Marbella fueron los siguientes destinos antes de unirse al histórico Vélez, donde se conjuró junto a su padre para ser un ‘9’ de futuro. Un ariete que hoy, 18 años después de ser el killer del Montequinto prebenjamín, es una realidad en la Primera División. Uno de los referentes del nuevo Betis (que supo ficharlo), el de Quique Setién. Un Betis que ha fijado los prismáticos rumbo a Europa, su tierra prometida.