El día del diplodocus

La demolición del Gol Sur empieza esta tarde y la calle Iguazú estará cortada al tráfico ante la previsión de que haya público. Erri-Berri se ha traído una máquina que trabajó en la demolición de la fábrica de Campofrío incendiada en 2014

30 jun 2016 / 09:00 h - Actualizado: 30 jun 2016 / 22:08 h.
"Real Betis"
  • A la izquierda, el ‘diplodocus’ que demolió el Gol Norte en 1998. A la derecha, el ‘diplodocus’ del Gol Sur, ayer / Luis Serrano-Real Betis
    A la izquierda, el ‘diplodocus’ que demolió el Gol Norte en 1998. A la derecha, el ‘diplodocus’ del Gol Sur, ayer / Luis Serrano-Real Betis
  • 14 de abril de 1998: el ‘diplodocus’ mete mano al Gol Norte ante miles de personas / Luis Serrano
    14 de abril de 1998: el ‘diplodocus’ mete mano al Gol Norte ante miles de personas / Luis Serrano
  • 29 de junio de 2016: el ‘diplodocus’ que meterá mano al Gol Sur, ante la escalera de Voladizo / Real Betis
    29 de junio de 2016: el ‘diplodocus’ que meterá mano al Gol Sur, ante la escalera de Voladizo / Real Betis

El martes 14 de abril de 1998, a las 13.11 de la tarde, los béticos vieron por primera vez en acción el diplodocus. Era la gran máquina que se tenía que encargar de destruir el Gol Norte. Hubo miles de personas en la calle Padre García Tejero y Manuel Ruiz de Lopera, que activó el brazo de demolición, se llevó unos ladrillos de recuerdo para su jardín. O eso explicó entonces. Han pasado dieciocho años y esta tarde, a las ocho, los béticos volverán a asistir a una escena casi idéntica, sólo que será en la otra punta del estadio Benito Villamarín y Lopera no activará nada. Pero sí, empieza a trabajar otro diplodocus, el que echará abajo el Gol Sur, aunque lo primero que caerá será la escalera de Voladizo.

La expectación es tan grande que el Betis anunció ayer que la calle Iguazú será cortada al tráfico ante la previsión de que haya mucho público. En 1998, algunos incluso hablaron de 8.000 personas para ver el principio del fin del Gol Norte.

La obra será ejecutada por una empresa puntera en España, la navarra Erri-Berri. Lo hará con dos máquinas principales. La más importante, la mediática, el diplodocus, es una Komatsu PC 350 con un brazo de casi 30 metros que acaba en una pinza hidráulica de acero. Esa cizaña muerde la pared y revienta el hormigón armado por compresión. Además, tiene otro brazo corto para excavar. El brazo largo llegó ayer a Sevilla en dos camiones, tal es su envergadura. Como curiosidad, esta máquina participó en la demolición de la fábrica de Campofrío que se incendió en noviembre de 2014.

Habrá otra retroexcavadora en esta demolición, que durará unos 40 días: la Doosan 380. Es más pequeña y más ágil. Su función es colaborar en la demolición y sobre todo en la recogida de los residuos, ya que todo lo que caiga será reciclado. La constructora, dicho sea de paso, ya ha sido avisada por si hay aficionados que quieran llevarse algún cascote o trozo de pared a modo de recuerdo. Esta Doosan tiene una mandíbula hidráulica que también revienta el hormigón y retira los escombros. En su caso tiene un brazo más convencional y está capacitada para separar el hormigón de la estructura de acero que también hay en el Gol Sur.