El día que el Betis salvó la vida a un hombre

Fran Álvarez, sanitario de la cantera verdiblanca, fue a la Costa Girona Cup con los prebenjamines, benjamines y alevines y acabó reanimando a un bañista que sufrió un síncope en una piscina. «El médico le dijo que había tenido bastante suerte», cuenta

27 jun 2017 / 17:53 h - Actualizado: 27 jun 2017 / 18:04 h.
"Fútbol","Primera División"
  • Fran Álvarez, a la izquierda, junto a Rafa Pichardo, preparador físico del juvenil A, y Meléndez.
    Fran Álvarez, a la izquierda, junto a Rafa Pichardo, preparador físico del juvenil A, y Meléndez.

Tres equipos de la cantera del Betis participaron el pasado fin de semana en la Costa Girona Cup. El prebenjamín y el alevín se proclamaron campeones. Además, el prebenjamín Rubén Bravo y el infantil David Pecellín ganaron los galardones de MVP de sus respectivas categorías. El Betis fue el triunfador, sí, pero no sólo en el terreno de juego. Más allá de la competición, entre partido y partido, el sanitario que acudió con la expedición verdiblanca protagonizó la gran historia del campeonato sin necesidad de marcar un gol. Hizo algo más importante: salvó la vida a una persona. Y no es una exageración. Fran Álvarez ayudó a un hombre en parada cardiorrespiratoria después de sufrir un síncope mientras se bañaba en una piscina y lo libró de una muerte casi segura.

Los hechos ocurrieron el sábado por la mañana en Lloret de Mar. «Varios técnicos íbamos a dar un paseo porque no había competición y estábamos esperando a los niños, que estaban desayunando, cuando escuchamos unos gritos desgarradores que venían del hotel de al lado», relata Fran, que desde el principio contó con la inestimable ayuda de Manuel Caballero, utillero. «Lolo se asomó por encima de una tapia y vio que estaban sacando a alguien de la piscina. No me lo pensé, entré en el hotel y llegué a la piscina», prosigue.

«El hombre tenía los labios cianóticos porque no le llegaba el oxígeno. El pulso era muy débil. Comprobé que habían llamado a una ambulancia y empecé la reanimación cardiopulmonar (RCP)», cuenta el sanitario, que llegó al Betis hace sólo un año. En la piscina no había socorrista y en el hotel no había más medios, así que Lolo fue a buscar el desfibrilador que había llevado la expedición bética al torneo. No hizo falta utilizarlo, afortunadamente. «Le hice el masaje cardíaco y el boca a boca y a los cinco o seis minutos dio signos de vida. Expulsó una gran cantidad de agua y vi que estaba respirando y recobraba el pulso, pero a los dos minutos volvió a quedarse sin respiración y el pulso no era apto para vivir, así que otra vez le hice la RCP. Además, casi se había tragado la dentadura postiza inferior y tuve que sacársela con las manos. Esta vez reaccionó, recobró la consciencia y se tocó el pecho, que le dolía», recuerda Fran.

«La verdad es que a los cuatro minutos estaba exhausto, pero no podía parar hasta que llegase la ambulancia», reconoce el enfermero. Los servicios de emergencias tardaron un rato «porque había mucho tráfico», pero encontraron vivo al paciente, que por cierto se llama Bartolomé y tiene unos 70 años. «Su hija me llamó el lunes y me dijo que lo habían pasado de la UCI a planta», se felicita Fran. «El médico de emergencias le comentó que había tenido bastante suerte. Entre nosotros hablamos que seguramente habría tenido una arritmia seguida de un síncope en la piscina», añade. También acabó con una costilla rota, fruto del masaje cardíaco, pero a cambio sobrevivió.

Fran, de 27 años, es graduado en Enfermería por la Universidad de Sevilla y suele trabajar con el juvenil de División de Honor. Su entrenador, Pablo del Pino, es uno de los muchos que le han felicitado. También se llevó el aplauso de todas las personas que había en aquella piscina y la enhorabuena de los Mossos d’Esquadra. «Cualquier compañero de los servicios médicos habría hecho lo mismo», sentencia.