El difícil reto de llenar el nuevo Villamarín

El Betis, a punto de presentar la campaña de abonos 2017-18, aspira a mantener o superar los 44.000 socios y ocupar un estadio de 60.000 personas después de un año en el que la asistencia media bajó a 33.000 espectadores

19 jun 2017 / 08:00 h - Actualizado: 20 jun 2017 / 14:36 h.
"Real Betis"
  • Así estaba el Villamarín en el Betis-Alavés: 22.271 espectadores. La peor entrada en tres años / El Correo
    Así estaba el Villamarín en el Betis-Alavés: 22.271 espectadores. La peor entrada en tres años / El Correo
  • El difícil reto de llenar el nuevo Villamarín

El Betis presentará en los primeros días de esta semana su campaña de abonos para la temporada 2017-18. Será un curso excepcional debido al estreno del nuevo Gol Sur, que llevará la capacidad del estadio Benito Villamarín hasta las 60.000 personas, así que el club verdiblanco afronta un doble reto en este sentido. El primero es mantener e incrementar el número de socios, que en las dos últimas campañas se ha movido en el entorno de los 44.000. El segundo es llenar cada dos semanas un recinto cuyo aforo va a experimentar esa importante ampliación. En realidad es una sola meta con un gran pero: recuperar la confianza del bético e ilusionarlo... después de un año frustrante en el que la decepción general ha sido muy visible precisamente ahí, en la grada de La Palmera.

Más que un doble reto, vender muchos carnets y conseguir grandes entradas constituye casi una necesidad para el Betis. A la hora de presentar la obra del Gol Sur, el consejo ya previó en su día que parte de la financiación de la obra sería sufragada gracias a los ingresos derivados de tener más abonados y recaudar más en los partidos grandes (derbi, Real Madrid y Barcelona). El problema del Betis es que la temporada 2015-16 ha deparado un notable parón en la asistencia al Villamarín, hasta el punto de que los datos están más cerca del último año en Segunda que del siguiente en Primera.

La media de espectadores en Heliópolis durante la campaña 2016-17 ha sido de 33.563. En la 2015-16 fue de casi 5.000 más: 38.027. La diferencia en el global rondó los 90.000: 637.714 frente a los 722.517 del año anterior. La bajada sobrepasa el 7%. Todas las cifras, por cierto, provienen del propio Betis. Y la excusa de que el campo tenía menos asientos no vale, ya que su capacidad ha superado los 40.000 espectadores aun sin el Gol Sur.

La curva de asistencia mantuvo unos niveles aceptables, con promedios superiores a 35.000, durante el primer tramo liguero, cuando los resultados no eran buenos (un solo triunfo en los cinco partidos que duró Gustavo Poyet) pero todavía había margen para enmendar eso. La media permaneció inalterada en los primeros encuentros de Víctor (ante el Celta bajó a 27.241 personas por culpa de un día infernal, meteorológicamente hablando), pero tras el derbi se vino abajo de forma definitiva y en cuatro de las seis últimas citas anduvo por debajo de la barrera de los 30.000 aficionados. El descontento tocó fondo contra el Alavés, en la penúltima comparecencia del Betis ante su afición: 22.271 espectadores. Ni en el año de Segunda hubo una entrada peor. Ese día, a modo de atenuante, la mala marcha del equipo se combinó con que también era Feria de Abril.

LA BARRERA DE LOS 40.000

En esta última temporada sólo ha habido tres partidos por encima de los 40.000 espectadores: el Real Madrid en la 8ª jornada (41.655), el Barcelona en la 20ª (43.790) y el Sevilla en la 24ª (41.263). El contraste es claro con la campaña anterior, en la que hubo ocho encuentros con asistencias superiores a esa cifra: Atlético de Madrid (41.976), Sevilla (50.073), Real Madrid (48.111), Valencia (40.228), Sporting (41.345), Granada (43.174), Barcelona (44.015) y, en la última jornada, Getafe (40.357).

Mucho van a tener que cambiar las cosas en el ejercicio 2017-18 si el Betis de verdad aspira a que su estadio registre esos entradones que pronosticó cuando dio detalles sobre la financiación del Gol Sur, una obra presupuestada en 12 millones de euros. De hecho, tendrían que cambiar una barbaridad. Se trata de subir la media de 33.000 espectadores a unos 50.000 para que el estadio presente un aspecto digno. Y en las tres últimas campañas sólo tres veces rondó el Villamarín esa asistencia: en la 15-16, en el derbi (50.073) y en la visita del Real Madrid (48.111); y en la 14-15, en Segunda, el día del ascenso, ante el Alcorcón (48.462).