Menú

El premio no estuvo a la altura del esfuerzo (3-3)

LA CRÓNICA. El Betis sólo obtiene un punto de un partido de muchas idas y vueltas contra el Celta. Los verdiblancos fueron de menos a más, pero dos errores defensivos reducen su recompensa a la mínima expresión

04 dic 2016 / 14:06 h - Actualizado: 04 dic 2016 / 22:15 h.
"Fútbol","Real Betis","Primera División","Celta"
  • Sanabria celebra el 2-1, su primer gol en la Liga, con el tradicional sombrero del Gol Norte / Manuel Gómez
    Sanabria celebra el 2-1, su primer gol en la Liga, con el tradicional sombrero del Gol Norte / Manuel Gómez

El Betis tuvo que conformarse con retener un punto, dejar otro al Celta y mandar el tercero al limbo en un partido anodino y monocromático durante buena parte del primer tiempo, controlado casi a placer por los vigueses, pero transfigurado a partir del 1-1 y convertido en una batalla en la que los verdiblancos hicieron lo que debían hacer para dar la vuelta al marcador. El problema es que también hicieron lo que no debían hacer para que el Celta no perdiese. El equipo de Víctor se demostró a sí mismo que puede jugar muy bien al fútbol, es indudable, pero también que debe corregir su perpetua endeblez defensiva a la mayor brevedad posible. Son demasiados fallos puntuales para no pensar que en realidad es un problema sistemático. Y si no lo resuelve, arrancar de una vez por todas y poner rumbo a la mitad alta de la clasificación le resultará poco menos que imposible.

El balance de Víctor en la Liga es una victoria, una derrota y un empate. Ganó el día que su sistema defensivo se portó con más seriedad y concentración, perdió el día que más desajustes cometió y frente al Celta hubo un poco de todo, pero a cambio lució esos recursos creativos y ofensivos que Poyet guardó en el baúl de su incapacidad. Conclusión: en una matinal en la que sólo faltó que apareciese el arca de Noé, el Betis generó buenas y malas noticias. Lo malo es que las malas (valga el juego de palabras) son las de casi siempre.

El peor Betis fue el de la primera media hora. Fiel a la idea impuesta por su técnico, se atrincheró en su campo desde el minuto uno y cedió el control absoluto del balón al Celta, que se tomó con paciencia la búsqueda de algún hueco por el que inquietar a Adán. Lo halló el intermitente pero peligrosísimo Bongonda, que lanzó un centro-chut que nadie despejó ni remató. Wass, desde el otro lateral, repitió la acción, Bruno falló más que nadie y Aspas, libre de marcaje, remachó el 0-1.

El partido que había propuesto el Betis ya no le valía, pero hubo que esperar un cuarto de hora para ver ese paso adelante que estaba obligado a dar. En ese lapso, el Celta tocó y tocó pero sólo asustó a Adán con un derechazo centrado de Wass. A partir del primer remate verdiblanco, obra de Sanabria (28’), las buenas noticias. La mejor de todas, Dani Ceballos. El Betis revivió gracias a él, así de claro. No sólo inyectó sangre en las venas de los suyos, sino que encontró el sitio desde el que hacer daño al Celta. Y pensar que en las once jornadas que duró Gustavo Poyet no pasó de dos ratos y medio sobre el césped... Su hambre, además, contagió a los demás y su equipo firmó el empate en un voluntarioso esfuerzo de Cejudo y una pillería de Petros en la que picó Fontás. Rubén no desperdició el primer penalti de la temporada a favor del Betis.

El descanso no modificó el nuevo guion del duelo y el Betis se lanzó a por el Celta sin miramientos. Rubén ya rozó el 2-1 a los dos minutos tras una excelente conexión con Dani Ceballos, pero el balón se marchó al poste. Acto seguido, Durmisi remató fuera. El danés es otro motivo para la confianza en un Betis mejor a corto plazo: cada vez que cruza el centro del campo es una fuente clarísima de peligro y en defensa va ganando en solidez.

La ambición de los verdiblancos no fue infructuosa. Dani Ceballos, omnipresente en toda la zona de tres cuartos, vio en la frontal a Rubén, que a su vez dio un exquisito pase a Sanabria para que el paraguayo, tras recortar al meta, se estrenase también en la Liga. He ahí otra magnífica noticia. Empezaron entonces los mejores minutos del Betis, intensísimo e incansable en la presión y organizado alrededor de su dorsal 10, cuya asociación con Durmisi y Rubén era un constante sinvivir para el Celta. Sin embargo, esa superioridad era inferioridad atrás, como confirmó Bongonda cuando ganó otra vez la línea de fondo. Pezzella avanzó hacia ningún sitio, José Carlos llegó tarde y Aspas, más solo que la una, restableció el equilibrio.

El Celta recuperó entonces el control y paró el trepidante ritmo del choque, en el que las desaplicaciones defensivas competían con un árbitro sin criterio ni sentido de la justicia a la hora de mostrar tarjetas por el deshonor de ser lo peor de la mañana. La tregua no duró mucho. Justo antes del diluvio universal, Joaquín dio otra lección de cómo sacar un córner y Pezzella casi compensó su balance con un espectacular cabezazo. Fue entonces cuando el Betis, de nuevo mandón, pudo sentenciar: Durmisi, ya de extremo total, regaló medio gol a Rubén, pero Cabral evitó el otro medio y Ceballos mandó el rechace a centímetros del poste. Después, Joaquín se topó con el meta. Fue el penúltimo obsequio del Betis al Celta. A seis minutos del final, nadie cubrió a Roncaglia en un córner y así llegó el 3-3. ¿Frustrante? Es bastante posible, pero el Villamarín despidió a los suyos con un aplauso. Quizá fue porque vio algo que le invita a pensar en un futuro mejor... si el nivel defensivo lo permite.

REAL BETIS: Adán; Cejudo, Bruno (Rafa Navarro, m. 46), Pezzella, José Carlos, Durmisi; Donk (Felipe Gutiérrez, m. 67), Petros, Dani Ceballos; Sanabria (Joaquín, m. 62) y Rubén Castro.

RC CELTA: Rubén; Roncaglia, Cabral, Fontás, Jonny; Radoja (Orellana, m. 51), Marcelo Díaz (Pione Sisto, m. 76), Pablo Hernández, Wass; Bongonda (Rossi, m. 83) y Aspas.

Goles: 0-1, m. 14: Aspas. 1-1, m. 41: Rubén Castro, de penalti. 2-1, m. 52: Sanabria. 2-2, m. 61: Aspas. 3-2, m. 73: Pezzella. 3-3, m. 84: Roncaglia.

Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Expulsó a Petros por doble amarilla (25’ y 90’). Amonestó a Donk (10’), Sanabria (58’), Felipe Gutiérrez (77’), Cabral (88’) y Pezzella (88’).

Incidencias: partido de la 14ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 27.241 espectadores.