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El presidente del Betis, Juan Carlos Ollero, durante la entrevista que concedió el pasado martes en Betis TV. / Manuel Gómez
El Betis consumó su retorno a Primera División seis meses exactos después de que Manuel Domínguez Platas anunciase su dimisión como presidente del club. El día después del ascenso, por tanto, se cumplió medio año justo del nombramiento de Juan Carlos Ollero como máximo responsable de la entidad verdiblanca. Es difícil establecer las estadísticas de los dirigentes de los clubes de fútbol, pero la del actual mandamás en Heliópolis desde luego parece casi insuperable. Desde que él está al frente de la nave, el Betis sólo ha perdido uno de los 26 partidos de Liga que ha jugado, el 1-3 contra el Leganés en el Villamarín. El resto: 19 victorias y seis empates. El balance es impresionante.
Ollero se unió al Betis el 25 de noviembre de 2014, después de la derrota frente al Alavés, también en casa, en la 14ª jornada de Liga. Aquel 1-2 hundió a Julio Velázquez, pero su destitución no correspondió a quienes lo habían fichado, sino al nuevo presidente. Fue su primera decisión importante. La segunda, sustituirlo por Juan Merino y aclarar que sólo era de forma «transitoria». Y la tercera, fichar a Pepe Mel. «Dar tiempo, si se puede evitar, es mejor evitarlo», aseguró el lunes en Betis TV al recordar el primer relevo en el banquillo.
El tiempo ha convertido en óptimas todas esas decisiones. El linense ganó sus cuatro encuentros de Liga, además sin encajar ni un sol, y el madrileño continuó esa racha con otras 15 victorias en 22 jornadas. «Han pasado muchas cosas, muchas más buenas que malas. Hemos conocido un consejo espléndido, una plantilla que ha ido mejorando y unos técnicos que con una visión clara han llevado al Betis a Primera. Y a la afición, que ha sostenido todo esto», reconoció Ollero.
En la celebración, como en la misma vida pública del club, Ollero se quedó en un segundo plano. «Eso corresponde a los deportistas, ellos lo han creado y lo han sufrido. Nosotros debemos crear las circunstancias para que todo lo deportivo crezca», explicó. Aun así, es consciente de su trascendencia: «Lo único que he hecho es encauzar las fuerzas del Betis y actuar con naturalidad, no hacer tonterías, oír consejos de los que están cualificados y no oír a los que no están cualificados. Ahora bien, no vamos a ser falsamente modestos. Algunas decisiones, no fáciles, hubo que tomar», concluyó.