Inyección de normalidad

El camino es más fácil con Ceballos en el césped, Rubén en la punta y el Betis con su afición

08 ene 2017 / 21:05 h - Actualizado: 08 ene 2017 / 21:13 h.
"Real Betis","Rubén Castro","Dani Ceballos","Gustavo Poyet","Víctor Sánchez del Amo"
  • Los jugadores del Betis celebran el 2-0 ante el Leganés. / J. Barrera
    Los jugadores del Betis celebran el 2-0 ante el Leganés. / J. Barrera

Lo normal hace tiempo que se marchó de Heliópolis, si es que alguna vez estuvo. Y lo normal es lo que tiene que alcanzar el Betis en casi todas sus dimensiones. La principal, el fútbol puro y duro, recibió este domingo una buena dosis. Tras una época en la que su mejor centrocampista veía casi todos los partidos desde el banquillo o incluso en la grada, el mejor delantero –¿de su historia?– era empujado hacia la banda y el entrenador se quejaba de lo difícil que era jugar en el Benito Villamarín, parece que de la mano de Víctor Sánchez del Amo se empiezan a enderezar los renglones tan torcidos.

El Betis de Víctor juega mejor y gana más puntos en casa que fuera. Lo normal. Rubén Castro, en la punta, es letal definiendo ante la portería y recibe más pases. Lo normal. Y mucho de esos pases se los da Dani Ceballos, el jugador con mayor visión de juego de la plantilla a años luz del siguiente. Y lo hace porque juega. Lo normal. Desde la cordura, claro.

La aportación de Víctor se nota. Tampoco era muy difícil, pero no es poca: dejar de regalar puntos en el Villamarín y juntar a los mejores. Simplemente con eso, el Betis aleja de un plumazo cualquier invocación a la catástrofe que sería coquetear con el descenso. Para hacer algo más, el verdadero objetivo del club por discurso y posibilidades económicas, tiene que dar, al menos, un paso adelante como visitante.

¿Que ahora va al Vicente Calderón? Sí, ¿y? Hay un partido y hay que competirlo, cosa que no hizo en otras visitas difíciles. Como mínimo el Betis debe ofrecer una imagen seria y que no avergüence a su hinchada, que ha visto demasiados experimentos esta temporada, incluso con Víctor, que recientemente dejó a Rubén en el banquillo en La Coruña (Copa del Rey) y especuló demasiado en Mendizorroza con el presumible castigo, la derrota ante el Alavés. Atlético, Sporting y Barça esperan en el horizonte y no sería de recibo ni siquiera pensar sólo en la visita de los asturianos desechando luchar por los puntos ante dos de los grandes. A competir como si se acabara el mundo. Eso debe ser lo normal en el Betis.