Jordi: «Si fuese por mí, me quedaría en el Betis hasta que me retirara»

ENTREVISTA. Uno de los futbolistas más criticados por la afición habla por primera vez en la temporada. Dice y repite que se siente «muy a gusto» en el club verdiblanco, pero intuye que su ciclo concluirá en junio como muy tarde

30 nov 2015 / 09:00 h - Actualizado: 01 dic 2015 / 14:33 h.
"Real Betis","Jordi Figueras"
  • Jordi Figueras posa en una de las porterías del campo principal de la ciudad deportiva / José Luis Montero
    Jordi Figueras posa en una de las porterías del campo principal de la ciudad deportiva / José Luis Montero

-Han sido doce jornadas consecutivas y cero minutos. ¿Cómo lo ha llevado?

-Ya me había pasado alguna vez. Nunca me rindo ni me doy por vencido. Evidentemente, no se está a gusto cuando no juegas ni un minuto, no te sientes partícipe. Lo que te da de comer es la competición, y con cero minutos es difícil, pero no queda otra que trabajar y ponérselo difícil al entrenador. Muchas veces he empezado sin jugar y he acabado jugando. No sé si este año se dará el caso, pero yo desde luego no voy a tirar la toalla.

-El cambio de rol para usted ha sido muy drástico.

-Hombre, ya llevaré 80 partidos o así con el Betis, son bastantes para dos años y medio, pero es verdad que uno vive de esto y tiene ganas de competir. Entrenar es bonito, pero lo que interesa e importa es la competición. No haber jugado es duro. El año anterior jugué todos los partidos en que estuve disponible. No hay explicación ninguna, habría que preguntárselo al míster, que confiará en compañeros que lo están haciendo muy bien.

-No le cogerá por sorpresa después de lo que le dijo Maciá tras el ascenso, ¿no?

-A los periodistas también os gusta mucho inventar. Salieron cosas, de mí y de otros, que no se asemejan en nada a lo que pasó en las reuniones del día después del Sporting. A mí simplemente me dijeron que él y el entrenador contaban conmigo, y a todos nos dijeron que iban a traer jugadores que nos pondrían las cosas difíciles, pero en ningún momento se me dijo que no se contaba conmigo, que me buscara equipo, que ya lo tenían hecho con otros equipos, que tenía que irme sí o sí. Ni el míster, ni Eduardo ni nadie me dijo eso y aquí estoy.

-¿Tuvo alguna opción de irse en verano?

-Hubo posibilidades, pero no me apetecía salir. Aquí estoy muy bien. Llevaba un año muy malo a nivel colectivo y otro muy bueno a nivel colectivo, y me gustan los retos. Por eso me quedé en Segunda. Tenía posibilidades de salir, pero me quedé para subir al equipo y lo subí. Y ya en Primera otra vez, no me apetecía irme a otro sitio. Nunca sabes si habría sido mejor irme o quedarme, pero nunca me doy por vencido.

-¿Cree que volverá a ser importante en el Betis?

-Tengo mucha confianza en mí mismo. Si no la tuviera, diría a mi agente que me buscara equipo ya, que me quiero ir de aquí, pero no es el caso. A nadie le gusta estar en el banquillo, y menos en la grada, pero trabajo duro para intentar serlo, como el año pasado.

-¿Cree que se irá en el mercado de enero?

-Sólo me quedan seis meses de contrato. Si todo sigue así, habría alguna posibilidad de que saliera si hubiera algún club interesado y la oferta es buena. A nadie le gusta estar un año entero parado. Confío en este mes y medio que queda para las vacaciones y a partir de ahí valoraré mi situación para tomar alguna decisión, para bien o para mal. Ahora mismo no pienso en eso, prefiero centrarme en intentar jugar algo de aquí a que empiece el mercado.

-¿Pensar que tiene futuro en el Betis más allá de junio es posible?

-Si fuera por mí, desde luego, pero los que mandan son los de arriba. Si no han dicho nada, no va a haber nada. Pero si fuera por mí, me quedaba aquí hasta que me retirara, porque estoy muy a gusto.

-Con todo lo que ha sido criticado, ¿por qué se siente tan a gusto?

-Aquí no lo he pasado mal gracias a mi mentalidad, pero ha habido ocasiones que vamos... Si hubiese sido otro, habría estado enterrado debajo del suelo. Son situaciones que se dan. El año malo fue de todos, pero las críticas se centraron en dos o tres y me tocó a mí. No queda otra que aceptarlo. Yo me quedé en Segunda para revertir la situación y creo que al menos algo cambió. Y mi familia y yo estamos muy contentos en Sevilla y en el Betis. Por eso me gustaría quedarme aquí mucho más tiempo.

-¿Por qué le señalaron a usted? ¿Cree que fue todo por el famoso partido del Rayo?

-Posiblemente eso marcó mucho de las críticas por todo lo que supuso, como la destitución del míster, al que la gente quiere mucho, y por eso la afición se centró en mí. Hubo partidos en los que no estuve bien, pero en muchos otros sí estuve bastante bien. Lo importante es el equipo, y el equipo estuvo mal. Igual esos partidos no habrían quedado en la retina de la gente si nos hubiésemos salvado. La afición puede decir lo que quiera y expresar lo que quiera; nosotros tenemos que seguir siendo los mismos. Pero nos tienen que ayudar, no focalizar todo en uno o dos jugadores sino estar con el equipo. Así todo nos irá mucho mejor.

-¿Qué opina de la afición del Betis?

-44.000 socios en Primera y 37.000 en Segunda son muchísimos. Eso dice mucho de la afición. Pero mi sensación personal es que durante el partido tienen que estar más con nosotros cuando las cosas no salen bien. El año que el Athletic iba muy mal, San Mamés no paraba de estar con el equipo durante los 90 minutos, sin ningún pito. Y si perdían, al acabar el partido lo abroncaban. Pero era después del partido. Durante los 90 minutos pienso que tienen que estar siempre con el equipo, apoyándonos, que ya lo hacen, pero a nosotros nos dan muchísima fuerza cuando las cosas se tuercen. No es lo mismo saber que fallas un pase y la gente está contigo a saber que vas a escuchar el murmullo o que hay pitadas. Y si vas perdiendo, cuesta mucho más. Pero no hay ningún tipo de queja respecto a la afición porque en los tres años que llevo aquí siempre ha dado la cara y ha ido al estadio, y sobre todo el año del descenso hubo una cantidad de socios tremenda.

-Comprenderá que el equipo tampoco le dio muchos motivos para apoyarles después del año del descenso...

-Sí, pero... Me acuerdo que el día del Mirandés nos fuimos 1-0 al descanso y nos fuimos con una pitada que no nos escuchábamos ni entre nosotros. Son esas pequeñas cosas, aunque no soy nadie para decir lo que tiene que hacer cada uno. Evidentemente, el año del descenso no hubo ningún motivo para que nos dieran palmaditas en la espalda.

-¿Qué opinión cree que tiene de Jordi la afición del Betis?

-Pienso que el año del ascenso cambiaría la opinión de mucha gente. Creo que estuve muy bien, como el equipo. También me quedé porque no me podía permitir irme después de bajar a un club tan grande a Segunda. Y creo que alguna opinión habré cambiado.

-Usted también debe de ser masoquista, porque sabría la que le iba a caer...

-Hombre, me lo esperaba, pero me considero fuerte mentalmente. Lo he demostrado por salir a jugar con todo el mundo en contra. Me quedé aquí, me daba igual si la gente estaba en contra o a favor. Quería subir al equipo y lo conseguí, además siendo partícipe en muchos partidos.

-¿No se arrepintió ni en las peores tardes para usted?

-En ningún momento me arrepentí. Fue sorprendente, por ejemplo, el día de la presentación contra la Fiorentina. Cuando salió mi nombre en el marcador, hubo una pitada importante; para Perquis también. Si la anterior temporada ha ido mal, lo normal es que la tomen con uno. Pero estoy contento de haberme quedado.

-Incluso hubo algún partido en que corearon su nombre, ¿no?

-Algún aplauso escuché alguna vez; los pitos los escuchas sí o sí (sonríe). Saber que has cambiado la opinión de alguno es satisfactorio y te da fuerzas. Pero nosotros tenemos que aislarnos de lo que ocurre alrededor.

-Bruno dice que Jordi es el jugador con más personalidad del vestuario.

-No sé (sonríe). Yo tengo mucha personalidad. Alguien que no aguantase los pitos no habría salido adelante en mi situación. Hay que pasar un poco, entre comillas, de lo que diga la gente, tanto si es para bien como si es para mal. Si un día te ponen bien, al día siguiente cometes un fallo y te ponen mal. Ese es el secreto. Y tener la mente fría si las cosas no van bien.

-¿Su imputación en el caso Osasuna acabó de ‘rematarlo’ de cara a la afición?

-Diría que no. Eso pasó a mitad del año pasado y entonces también arrancaba aplausos. Este año pienso que no. Nosotros estamos tranquilísimos y ya veremos lo que pasa. ¿Pero si el caso Osasuna tiene algo que ver? Diría que no.

-Y ya que hemos llegado al asunto, ¿cómo lo está llevando?

-Bueno, a nadie le gusta, son situaciones feas, pero para eso están los abogados. Tampoco suelo hablar mucho de esto con ustedes. Sólo puedo decir que nos ha tocado vivirlo y hay que afrontarlo con la mayor serenidad posible.

-¿Qué le dijo al juez?

-Os enteraréis porque se ha ido filtrando todo. Yo prefiero mantenerme al margen.

-Trascendió que Amaya admitió el pago por ganar al Valladolid y que los demás negaron todo.

-Pues ahí tiene la respuesta.

-¿Tiene la conciencia tranquila?

-Estoy muy tranquilo. Cuando se demuestre todo, habrá mucha gente que tendrá que hablar.

-¿Le cogió por sorpresa la acusación?

-Evidentemente fue un sorpresón. En su momento tomaremos las medidas que haya que tomar.

-El cambio de declaración de Vizcay le hará ver el caso con otra perspectiva, ¿no?

-Al final no sé qué credibilidad puede tener un hombre que va cambiando de discurso cada dos por tres. A medida que vaya pasando el tiempo, la gente irá viendo lo que hay.

-¿El caso ha repercutido alguna vez en su rendimiento?

-Qué va. Eso fue en febrero o marzo y seguí jugando, creo que bien, y el equipo fue ganando. Eso me daba fuerzas por los malos ratos que pasas con estas cosas, pero en ningún momento me afectó, ni mentalmente ni en el juego.

-Ese partido tuvo de todo, la verdad...

-Cuando vimos que se caía la valla... Fue un milagro, porque lo normal habría sido que se hubiesen roto huesos por doquier. Y como ya hemos dicho mil veces: el que vea ese partido verá que el mejor de ellos fue el portero. No hay por dónde coger las cosas, pero es lo que hay.

-Hablamos de esta temporada. El Betis gana fuera y luego pierde en casa. Y además encaja muchos goles al principio. ¿Cómo se puede tropezar tanto con las mismas piedras?

-Sinceramente no se encuentra ninguna explicación. Si se puede evitar, mucho mejor, pero no hay ninguna explicación contundente. La mía es que es más casualidad que otra cosa. Lo que siempre decimos es que hay que salir bien mentalmente.

-¿Qué le pasa al Betis en casa?

-No lo sé. Nos cuesta mucho más y a la mínima nos venimos abajo, no sólo porque estemos atenazados. La afición es muy exigente y muchas veces pone, entre comillas, las cosas en contra de nosotros. El otro día, en el minuto 7, que ya la tomen con un jugador... Yo lo he vivido en primera persona y eso no ayuda nada al equipo. La afición es soberana y puede opinar lo que quiera, pero si recrimina, pienso que no beneficia en nada ni al jugador que falla y que en ese momento está más decaído, y mucho menos al equipo. Venimos de Segunda, aunque el club es muy grande y la afición es muy grande, pero hay que tener un poco más de paciencia porque estamos bien clasificados, con bastantes puntos de ventaja sobre el descenso. Partiendo de esa tranquilidad, todos debemos remar en la misma dirección.

-¿Qué consejo le daría a Xavi Torres?

-Xavi tiene muchos más tiros pegados que yo en Primera. Que siga siendo él mismo, porque para mí es un magnífico mediocentro y un fallo no puede torcer para nada el gran jugador que es. En Málaga salió en la segunda parte y jugó muy bien. Todos hemos cometido errores y los vamos a cometer, multiplicados por diez.

-Dani Ceballos subió un escalón en Valencia. ¿Qué le parece su adaptación a Primera?

-Ha habido semanas que llegó tarde por ir con la selección y cuando no entrenas con tu equipo hasta el viernes, para el entrenador es difícil, pero vamos, tiene un nivel altísimo, una calidad impresionante, es peleón... Es un chico con una confianza brutal en sí mismo que nos la contagiaba a los demás. Seguro que volveremos a ver al mejor Dani Ceballos.

-¿Qué piensa de la teoría de Mel sobre su adaptación a los jugadores y no al revés?

-Lo veo bien, no puedes jugar de la misma manera con unos jugadores u otros y si se adapta les va a sacar más partido. Él manda y se tiene que jugar de la manera que él diga. Somos todos una piña, una familia, aunque la base es que el que manda es él.

-¿Este Betis está preparado para jugar a defender?

-A ver, el último año en Primera no fue nada bueno y se ha intentado priorizar la fortaleza defensiva por delante del tema ofensivo. Quitando el día del Madrid, aunque es verdad que el Athletic y el Espanyol nos metieron tres cada uno, el resto han sido resultados cortos. Si el míster cree que hay que hacerlo así, es porque ha estudiado las cualidades de cada jugador. Y ofensivamente tenemos mucho potencial, así que si conseguimos esa fortaleza defensiva, vamos a ir mucho mejor.

-¿Qué nota le pone a la temporada por ahora?

-A nadie se le tiene que olvidar que el Betis es un club muy grande pero venimos de Segunda. Tan difícil es pasar de Segunda a Europa como lo que hicimos el año del descenso, de estar en Europa a bajar a Segunda. Nuestro objetivo real es la permanencia y cuando se consiga, mirar mucho más arriba. Pero debemos salvarnos cuanto antes.

-Lo curioso es que la base del equipo titular son los mismos de Segunda.

-El año pasado estábamos en Segunda de forma puntual, pero casi todos los jugadores habíamos jugado en Primera, por no decir que todos tenían nivel de Primera, y así se está viendo. Han venido fichajes que tienen mucho nivel, pero la competencia es grande porque el año pasado había un auténtico equipazo.

-El Betis, aun siendo irregular, está más cerca de Europa que del descenso. ¿Está la Liga para pensar en cotas más altas?

-El objetivo principal es la permanencia. No nos podemos descentrar pensando en Europa porque sería un error. Tenemos que ir partido a partido. Aunque sea un tópico, es lo que más se asemeja a la realidad porque si piensas en lo que va a pasar en febrero, el próximo partido no lo ganas. Si se mejoran cosas, seguro que podremos mirar más arriba.