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Los jugadores saludan a la grada con las bufandas hechas en homenaje a las socias. / Manuel Gómez
El ‘Día de la Mujer Bética’ volvió a coincidir con el de la victoria –ya van cuatro de cuatro–, que en este caso supone para el Betis tanto como certificar más de media permanencia cuando aún faltan diez jornadas para el final. Una permanencia tranquila, lo que se le pedía a este plantel. N’Diaye, a la salida de un córner botado por Joaquín, y Rubén Castro, de libre directo ya en el descuento, con Biraghi de portero por expulsión del meta Andrés, obraron el milagro, acogido con júbilo por una afición que disfrutó en el Villamarín como hace tiempo no lo hacía.
El Betis respira hondo, ya gana partidos a pares y no pierde casi nunca. Merino, Alexis y Capi han logrado revertir la situación, que estaba realmente complicada hace un par de meses, con el equipo en caída libre y un calendario por delante aterrador. Chapó por ellos, que han logrado sacar a los béticos y las béticas de una profunda depresión y lo han devuelto a su innata condición, alegre y optimista.
El triunfo ante el Granada permitirá al Betis acabar la jornada a 8 puntos de la zona de descenso, los mismos que le separan de la zona ‘europea’ que ocupan Celta o Athletic, a los que aún debe visitar, así que se le abren nuevos horizontes a los verdiblancos, que llevan en la segunda vuelta un promedio de puntuación (1,55 puntos por partido) más propio de la pelea por la quinta, sexta o séptima plaza que por evitar las tres, cuatro o cinco últimas, que ahora ve a una distancia a tener en cuenta, pues la ventaja sobre los cinco o seis equipos de abajo ya empieza a ser considerable: 13 al Levante y 10 al Sporting, 8 a Granada y Rayo –que juega este lunes con el Espanyol– y siete al Getafe, más el average en muchos casos.
Athletic, Málaga, Atlético, Levante y Celta son los cinco próximos rivales de los verdiblancos. Ante ellos veremos si es capaz este Betis de abrir puertas a nuevos objetivos. La labor del tridente técnico compuesto por Merino, Alexis y Capi está siendo fenomenal. Han rejuvenecido de forma notable el equipo –la edad media con Fabián, Ceballos y Musonda baja más de cuatro años–, al que se ve tácticamente mucho más ordenado, sobre todo a la hora de recuperar el balón y presionar al rival. La estrategia está dando unos frutos impensables hace bien poco (siete goles así en los cinco últimos partidos) y se han activado una serie de futbolistas como Pezzella, Vargas o el mismo Fabián que apenas habían dicho nada en la primera mitad de la temporada y ahora están resultando determinantes, junto a piezas clave como Rubén Castro, Adán, N’Diaye o el mismo Dani Ceballos que al fin está cogiendo los galones. Y Musonda, claro. Un chaval que aporta velocidad, desborde y descaro y ha cambiado de forma radical la fisonomía del juego del Betis, cada vez con mayor variedad y recursos.