Eduardo Maciá, que el lunes fue presentado como nuevo director deportivo, es el primer profesional no bético que accede al cargo desde que lo hiciera Julián Ruete en 1930, según los datos recabados por el historiador Juan Antonio Zancarrón. Desde entonces, todos los que han desarrollado las funciones inherentes a la dirección deportiva en el Betis habían estado vinculados antes al club, ya fuera como futbolistas, entrenadores o empleados que pasaron a desempeñar estas funciones. Quienes durante más años estuvieron al frente de la secretaría técnica fueron figuras legendarias del club como Manuel Simó, José María de la Concha o Pedro Buenaventura, cuyo hjo mayor, Lorenzo, es actualmente preparador físico del Bayern Munich con Pep Guardiola, y el segundo, Pedro, coordinador de la cantera bética.
Ruete hizo de todo
Julián Ruete Muniesa (Madrid 27 de enero de 1887/Barcelona 1939) fue jugador, entrenador, árbitro y directivo en las primeras décadas del siglo XX. Llegó, incluso, a presidir varios años al Athletic de Madrid (1912-19 y 1921-23) y fue también presidente del Comité Nacional de Árbitros. Llegó al Betis el 23 de febrero de 1930 de la mano de Adolfo Cuéllar Rodríguez –abuelo de los hermanos Adolfo y Miguel Cuéllar Portero–, por entonces vicepresidente y hombre fuerte del club verdiblanco –fue quien reclutó para la causa al torero Ignacio Sánchez Mejías–, del que luego llegaría a ser presidente en funciones. Aunque Ruete solo estuvo hasta agosto de 1930 en el club tuvo tiempo de poner las bases del Betis que un año después, aun militando en Segunda, disputaría su primera final de Copa en 1931 ante el Athletic, luego lograría el ascenso en 1932 (en ambos casos a las órdenes de Emilio Sampere) y acabaría ganando la Liga en 1935 bajo la batuta de Patrick O’Connell.
En una operación relámpago, Ruete viajó a Las Palmas en junio de 1930 y se hizo con los fichajes de tres perlas del Real Victoria del Puerto de la Luz, a la sazón campeón canario: Timimi (18 años), Adolfo (19) –luego campeones de Liga– y Juan Martín. Estos futbolistas habían disputado dos amistosos en Sevilla en el mes de mayo (frente al Sevilla, que también los quiso fichar, y una selección de Sevilla y Betis) y habían causado sensación entre los ojeadores de la época. Ese verano también se fichó a Soladrero (Sestao), Carreño (Sevilla) y Barrios (de las Minas Reunión).
En agosto de 1930 hubo cambio en la presidencia del club, a la que accedió Camilo Romero, bisabuelo de Camilo Puerto, actual presidente de PNB, que estuvo solo hasta diciembre por motivos de salud, y Ruete dejó de trabajar para el Betis, al que meses después volvió Adolfo Cuéllar Rodríguez, presidente eventual en 1931.
Desde entonces no ha vuelto a haber en el Betis otro responsable deportivo sin pasado bético. En la 1959/60, con Benito Villamarín de presidente, lo fue unos meses el uruguayo Enrique Fernández Viola, que empezó la temporada como entrenador y luego pasó a desempeñar funciones en la secretaria técnica. Lo suplió en el banquillo Sabino Barinaga (ex futbolista bético), que precisamente empezó el curso en la secretaría técnica. En 1990, con Retamero, Ramón Tejada fue nombrado secretario técnico, pero ya antes había sido gerente del club.