La distancia entre la teoría y la realidad en el Betis de Setién

Balance de la pretemporada del Betis: propuesta atractiva pero perjudicada por los desajustes en la salida del balón, la escasa producción ofensiva y la poca puntería. El equipo verdiblanco sólo dejó su portería a cero en uno de los doce amistosos veraniegos

14 ago 2017 / 07:00 h - Actualizado: 14 ago 2017 / 17:29 h.
"Real Betis","Quique Setién"
  • Quique Setién observa con atención al grupo durante un entrenamiento en la ciudad deportiva / Manuel Gómez
    Quique Setién observa con atención al grupo durante un entrenamiento en la ciudad deportiva / Manuel Gómez

La pretemporada del Betis es historia y parece el momento idóneo para hacer un pequeño balance del primer mes y medio de vida del proyecto que apadrinan Lorenzo Serra Ferrer y Quique Setién. Doce amistosos después, está claro que el entrenador apuesta por un 4-1-4-1 y resulta innegable que postula un modelo de fútbol atractivo, pero también es evidente que sus riesgos son grandes y de momento flaquea por las dos puntas del dibujo. En la vertiente defensiva, mimar el balón desde muy atrás le está provocando más perjuicios que beneficios; en pocas palabras, cada pérdida es un drama. Y en la ofensiva, la posesión no es determinante por culpa de la escasa producción de ocasiones y la falta de puntería. La política de fichajes ha apostado por jugadores con suficiente calidad técnica para ejecutar la idea del míster, pero la teoría está por encima de la práctica hasta ahora.

El Betis todavía no juega bien al fútbol. O no tan bien como seguramente espera que juegue su técnico. A estas alturas es normal, obviamente. Ha habido pinceladas, por ejemplo contra el Besiktas, el Stuttgart o el Inter, y está fuera de duda que tiene mucha más capacidad para el toque que la pasada campaña, en la que todo dependía de Dani Ceballos. Ese potencial para acaparar el esférico, sin embargo, ni genera una gran llegada al área rival ni está acompañado por la imprescindible pegada. En cambio, sí peca de mucha horizontalidad y de excesivas facilidades en el sistema defensivo. El amistoso con el Milan fue quizá la mayor excepción a ese mejorable rendimiento en el entramado de contención.

Los resultados no son la prioridad en esta primera fase de la campaña, pero de alguna manera también son el reflejo del alma de un equipo. El Betis ha cosechado más derrotas (cinco) que victorias (tres) y ha empatado muchos partidos (cuatro). Que la mejor forma de defender es tener la pelota parece una magnífica declaración de intenciones, pero el conjunto verdiblanco sólo ha dejado su portería a cero en una ocasión (1-0 contra el Vitória Setúbal) y en cambio se ha quedado sin marcar cuatro veces (1-0 con la Balona, 3-0 con el Eintracht, 1-0 con el Córdoba y 1-0 con el Inter). Lo mejor que hizo la escuadra heliopolitana fue alcanzar los dos goles frente al Arcos (2-2), el Stuttgart (2-1) y el Milan (2-1). El puesto de pichichi estival ha sido compartido por Sergio León, Fabián y Nahuel, todos con apenas dos dianas.

La otra gran conclusión veraniega es que no hay un once titular claro. Setién ha empleado a la friolera de 34 jugadores durante la pretemporada y ha repartido los esfuerzos de una manera casi democrática. Pero en ningún partido alineó un once que pudiera interpretarse como titular en el estreno en el Camp Nou. Y ha habido doce amistosos... El técnico siempre ha defendido que esta época es apta para probar y ponerse en forma, aunque también tiene la excusa de las lesiones o la tardía incorporación de hombres que se presuponen más o menos fijos en su equipo tipo: Tello, lesionado en Montecastillo, no ha jugado ni un minuto y a día de hoy tiene cero posibilidades de llegar al Camp Nou; Feddal lleva sólo dos semanas a sus órdenes; Boudebouz está recién llegado y con una lesión leve de rodilla; Javi García ni siquiera es oficial todavía; Sanabria sólo ha participado en tres amistosos debido a la recuperación de su operación de pubis...